La Corte Europea de DDHH le dio la razón a Caster Semenya
La atleta sudafricana Caster Semenya festejó hoy una nueva victoria, pero esta vez no lo hizo en la pista sino en la Corte Europea de los Derechos Humanos.
El tribunal reconoció que la semifondista, de 32 años, fue víctima de un acto "discriminatorio" cuando le impidieron competir por negarse a someterse a un tratamiento para reducir sus niveles de testosterona.
Semenya sufre de hiperandrogenismo provocado por una disfunción genética, razón por la cual padeció un calvario para demostrar su condición de mujer.
En 2020, la justicia suiza había fallado a favor de una decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) de Lausana que convalidó el reglamento de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics, ex-IAAF) que obligaba a la bicampeona olímpica de los 800 metros a someterse a un tratamiento hormonal para reducir los niveles de testosterona para poder participar en esa competencia.
Si bien es un triunfo en su batalla, la guerra de la sudafricana aún no termina pues esta sentencia de la Corte Europea de los Derechos Humanos no invalida el reglamento de World Athletics, por lo cual no significa que automáticamente quede habilitada para competir sin someterse al tratamiento.
"World Athletics toma nota de la decisión de una Cámara muy dividida de la Corte Europea", comentó la propia federación al conocerse el fallo, en un comunicado de prensa, al aludir a un fallo que contó con la aprobación de cuatro miembros, mientras que los tres restantes votaron en contra.
"Nuestra opinión sigue siendo que las regulaciones DSD (del acrónimo desórdenes del desarrollo sexual, Ndr) siguen siendo un medio necesario, razonable y proporcionado para proteger la competencia leal en la categoría femenina", agrega la nota de la entidad.
Según la sentencia de la Corte Europea, "Suiza superó el estrecho margen de apreciación del cual gozaba en este caso, que representaba una discriminación basada en el sexo y en las características sexuales y que sólo pude ser justificada por consideraciones muy fuertes".
"El alto riesgo para el solicitante y el limitado margen de apreciación del Estado demandado deberían haber resultado en un profundo y exhaustivo control institucional y procesal, del cual el solicitante no se benefició en este caso", agrega.
Según el tribunal de Estrasburgo, Suiza violó el artículo 14 de la Convención europea que vela por los derechos humanos y refiere a la prohibición de discriminación, combinado con el artículo 8, que vela por el derecho a la privacidad" "Además, también se ha registrado una violación del artículo 13, relativo al derecho a un recurso efectivo", completa el fallo.
Si bien Semenya, que mantiene una batalla legal contra World Athletics desde hace más de una década, no solicitó suma alguna en concepto de daños materiales o morales, la Corte Europea de Derechos Humanos determinó que Suiza deberá pagarle 60 mil euros en concepto de costos procesales.
El caso de la atleta sudafricana estalló en 2009, cuando ganó los 800 metros femeninos en el Mundial de Berlín, cuando sus rivales consideraron que los niveles de testosterona de Semenya le daban una ventaja respecto de ellas mismas.
El punto más álgido llegó nueve años más tarde, cuando World Athletics introdujo el reglamento de idoneidad para la clasificación de las atletas con diferencias en el desarrollo sexual, según el cual si la sudafricana pretendía competir en su distancia favorita, debía someterse a un tratamiento.
Semenya rechazó de plano esa opción afirmando que dicho tratamiento tiene efectos colaterales negativos prácticamente desconocidos, y por ende decidió iniciar su batalla legal, primero ante el TAS y luego ante la justicia federal suiza, al considerar que el nuevo reglamento la discriminaba.
Ambos recursos fueron rechazados, razón por la cual el fallo de la Corte Europea de Derechos Humanos, según el cual el TAS "expresó serias preocupaciones sobre el reglamento en cuestión" en su momento, al considerar de difícil aplicación por basarse "en escasas pruebas científicas", dos puntos que la justicia suiza no examinó, representa un triunfo para la joven, aunque la lucha continúa. (ANSA).
(*) Periodista.
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