Agencia La Oreja Que Piensa. Por Fernando Lorenzo (*)
(ANSA) - DOHA, 23 NOV - "Tengo miedo de decir algo que después me impida poder jugar", admitió Jan Vertonghen, zaguero y capitán de la selección de fútbol de Bélgica que debutaba hoy frente a Canadá en el Grupo F del Mundial de Qatar.
"Es algo que nunca antes había sentido en el fútbol. Me siento controlado y temo decir algo al respecto que después me cueste caro", reconoció el futbolista del Anderlecht, en alusión a la posición de la FIFA de impedirle a los capitanes de siete selecciones europeas manifestarse como tenían previsto para reclamar por los derechos de la comunidad LGBTQ+ y por los derechos humanos en general durante la Copa del Mundo.
"No entiendo cuál es el problema. Estamos expresando sólo nuestras ideas en relación con el racismo y la discriminación y si no nos permiten hacerlo, esto habla por sí mismo", completó Vertonghen antes de disculparse de ahondar en sus declaraciones para despedirse diciendo: "Quiero jugar este Mundial, así que acá me detengo".
Las declaraciones del capitán belga no hacen más que confirmar la sensación de varios de sus colegas en relación con la postura que adoptó la FIFA para impedir bajo amenaza de sanciones el programado reclamo por los derechos de la comunidad LGBTQ+ por parte de los capitanes de las selecciones europeas.
El delantero Harry Kane, capitán de Inglaterra que venció el lunes a Irán en el inicio del Grupo B, fue el primero que lució en su cinta la frase "No a la Discriminación" en lugar de la consensuada bajo el lema "OneLove", como sí lucía hoy en su brazo la ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, flanqueada por el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y por el titular de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Bernd Neuendorf, durante la sorpresiva derrota de su selección nacional frente a Japón en el estreno.
Cinta que debió haber lucido el capitán Manuel Neuer, quien portaba una similar a la que exhibió Kane en el duelo con Irán, situación que llevó a los jugadores de la "Mannschaft" a taparse la boca con sus manos en la fotografía oficial previa al debut a modo de protesta por lo que consideraron como una censura por parte de la FIFA.
La imagen de los jugadores alemanes tapándose la boca, para muchos "la foto del día", no pudo verse durante la transmisión oficial del partido entre Alemania y Japón en varios canales que cubren la Copa del Mundo.
En Italia, Rai 2 hizo referencia a la misma cuando promediaba el primer tiempo porque la transmisión internacional de la FIFA no la mostró, mientras que los telespectadores de la emisora Ard si pudieron observarla de manera parcial, aunque sólo aquellos que contaban con el dispositivo "personalizado" de la transmisión.
¿La FIFA censura? se preguntan algunos como el periodista alemán Thomas Warner, de Magenta TV, al lamentar el escaso tiempo concedido para entrevistar al entrenador de Alemania, Hans Dieter Flick antes del estreno, mientras el popular "Bild" consideraba que se trata de maniobras de la FIFA para intentar impedir algunas entrevistas que aborden temas urticantes.
A pesar sus esfuerzos, la foto de los futbolistas alemanes tapándose la boca se viralizó en las redes sociales, que la replicaron hasta el cansancio en pocos minutos a lo largo y a lo ancho del planeta.
El fastidio de quienes se sienten censurados no se hizo esperar y tras las protestas de la DFB, fue la Federación danesa de fútbol (DBU) la que alertó, a través de su presidente Jesper Moller, sobre la posibilidad de abandonar la FIFA, un tema que -explicó- "viene siendo evaluado con nuestros colegas nórdicos desde agosto para adoptar una estrategia común".
Dinamarca, que igualó con Túnez en el debut mundialista, no sólo se vio impedida de permitirle al capitán Simon Kjaer de lucir el brazalete con la leyenda "OneLove", tampoco pudo utilizar en sus entrenamientos una casaca con un mensaje en favor de la diversidad y contra la discriminación.
"Sabemos que si actuamos solos podríamos tener problemas, pero el punto es como hacer para volver a tener confianza en la FIFA", resumió Moller, anticipando que no votará por la reelección de Infantino como único candidato en los comicios que se celebrarán en marzo, sin descartar incluso acciones legales ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
Hace pocos días, la televisión pública de Argentina confirmó que fue obligada por la FIFA retirar un crespón negro que lucía en pantalla durante la transmisión del partido entre Países Bajos y Senegal en señal de luto por la muerte, el domingo a los 93 años, de Hebe de Bonafini, fundadora de Madres de Plaza de Mayo, organización que pelea por los derechos humanos y enfrentó a la dictadura que asoló ese país entre 1976 y 1983.
Fuentes del canal estatal confirmaron que la decisión respondió a las recomendaciones de la FIFA para evitar que durante la transmisión oficial de los partidos del Mundial se lancen mensajes políticos, desconociendo la figura de Bonafini y la lucha que encarnó no sólo para conocer el paradero de los 30 mil desaparecidos por el Terrorismo de Estado.
La muerte de Bonafini, cuyas cenizas serán colocadas mañana al pie de la Pirámide de Mayo alrededor de la cual tantas veces caminó cada jueves en la Plaza del mismo nombre y en reclamo de memoria, verdad y justicia, llevó a decretar tres días de duelo al gobierno nacional, que desmintió haber intercedido ante la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para que los jugadores de la "albiceleste" portasen un brazalete negro en el debut con derrota frente a Arabia Saudita.
En el Mundial de la discordia también hay espacio para imágenes más esperanzadoras como la entrevista en la televisión pública israelí del periodista Moav Verdi a algunos fanáticos iraníes, algunos de los cuales enviaron mensajes de paz afirmando: "Todos somos hermanos, todos somos amigos".
Otros eludieron el micrófono, temerosos de alguna represalia al regresar a su país, donde el gobierno reprime con violencia las manifestaciones de protesta desde el 16 de septiembre, con un saldo de al menos 378 muertos y más de 15 detenidos, según la ONG "Iran Human Rights".
Manifestaciones que comenzaron tras la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda que falleció después de haber sido arrestada por la policía moral debido que no portaba el velo islámico, y cuya represión llevó a los integrantes del seleccionado iraní a no entonar el himno nacional antes del duelo con Inglaterra, una manera de "hacer oír la voz del pueblo", según explicaron.
(*) Periodista.
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