Agencia La Oreja Que Piensa. Desde Ecuador. Por Anahi Más (*).- Daniel Barredo es doctor en periodismo de la Universidad de Málaga, escritor e investigador. Un español de tan solo 34 años y un amplio recorrido político - académico que lo catapultó hace algunos meses como Decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí de Ecuador.
Joven, intelectual y con una mirada afilada sobre la realidad en que vivimos, se tomó unos minutos para charlar sobre comunicación, la nueva Ley Orgánica de Comunicación ecuatoriana y el rol de la juventud en esta sociedad.
- ¿Cuál es el rol del comunicador social en un mundo tan complejo?
-El rol de los periodistas contemporáneos se debe leer en dos maneras: una global, en la que es necesario asumir que los periodistas cada vez más compartimos un mismo lenguaje técnico mediado por las redes sociales y las nuevas tecnologías, y por otro lado, nuestro rol. Es muy interesante porque en la medida que se fueron desarrollando las sociedades latinoamericanas hemos ido acentuando la implementación de algunas propuestas regulatorias que parten de una necesidad contextual. En el caso de Ecuador viene identificada a través de la Ley Orgánica de Comunicación desde el año 2013.
Tenemos la parte técnica y global, pero a la vez debemos intensificar esas particularidades que nos hacen conectar con nuestro contexto. Por ejemplo aquí la sociedad es plurinacional, por eso en base de nuestro usuario prototípico debemos construir un lenguaje especifico para ellos, así no invadir y ni lesionar su imaginario, sus símbolos y sus formas de entender la realidad.
- Las nuevas leyes de comunicación que otorgan un 33% del espectro para la creación de medios comunitarios, en muchos casos, no resuelven las dificultades económicas que esto trae. Desde la UTPBA afirmamos que “No hay democracia informativa sin democracia económica”. ¿Qué opinión te merece?
-El estado ecuatoriano está haciendo un esfuerzo inaudito en América Latina. En nuestro país, según cifras oficiales, 9 de cada 10 medios son privados, apenas un 6% son públicos y un 4% comunitarios, por lo tanto debemos pasar de ese 4% a un 34% aproximadamente pero, ¿cómo hacerlo?, la estrategia es múltiple y no es tan sencillo. No se pueden desactivar todos los medios de golpe, hay que elaborar una estrategia progresiva. En este caso el gobierno está generando la cancelación de licencias, es decir que cuando a un medio de comunicación privado se le vence su licencia esta no se renueva y pasa a manos de organizaciones que hasta el momento estaban desactivadas.
Nuestra Universidad tiene un programa que se llama Alfaro TV, es un proyecto edu-comunicacional, un programa de televisión que cuenta con cuatro camarógrafos, un chofer y un equipo técnico.
Hace 4 años teníamos un convenio de 40 mil dólares anuales con el principal canal de televisión regional, nosotros pagábamos para que pasen nuestros contenidos, actualmente se emite gratis porque ellos tienen la necesidad de colocar producción local, hace años daba igual si producían algo local o no porque ponían un video horrible estadounidense de segunda y con eso estaba. Pero eso cambió desde la implementación de la nueva Ley, ahora tienen que tener producción local.
Desde este nuevo contexto estamos pidiendo tener un canal propio de la universidad. Lo que significará que no solo contará con esos 30 min, estamos hablando que en unos años ya podremos contar con un canal de televisión que es, en definitiva, un proyecto de vinculación con la sociedad. Necesitamos crear medios que trasmitan un clima más positivo, más creativo y que sea un espacio de opinión que estimule a que otros también se empoderen y generen medios propios.
-¿Cómo ves a las nuevas generaciones de periodistas y de comunicadores?
-Trabaje en varios países, y sin duda los jóvenes siempre son la clave del contexto, son muy inteligentes e intuitivos. Se dan cuenta que ese discurso más conservador nos le sirvió ni a sus abuelos, ni a sus padres. Es hora de imponer un nuevo discurso, de luchar por una nueva realidad que nos permita que esos sueños, que también tuvieron nuestros padres, los podamos conseguir. Acá en Ecuador la brecha generacional es muy amplia, por eso desde el gobierno se han dado muchas oportunidades a los jóvenes, no es casualidad que yo con 34 años sea decano y que muchos otros sean ministros, esto se generó justamente para evitar que se nos contagie de ese otro mundo al que ya no queremos volver, ni queremos regresar como país.
(*) Periodista