Agencia La Oreja Que Piensa. Feb. 2012 (Sergio Ferrari, desde las Naciones Unidas, Ginebra, Suiza)
Apenas un 1 % de la ayuda humanitaria mundial es consagrada a los ancianos y a las personas discapacitadas.
Porcentaje ínfimo si se considera que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 11 % de la población mundial cuenta hoy con más de 60 años y un 15 % de los habitantes del planeta sufre algún tipo de discapacidad.
La debilidad de la asistencia humanitaria dirigida a ambos grupos poblacionales es revelada por un informe que acaba de ser presentado en las Naciones Unidas de Ginebra por las organizaciones Handicap Internacional y HelpAge.
Las conclusiones emitidas por las dos organizaciones no gubernamentales internacionales se basan en un análisis de 6000 proyectos lanzados o promovidos por las Naciones Unidas en los años 2010 y 2011.
De ellos, sólo el 1 % de los financiados (apenas 60 proyectos) están destinados a ancianos o personas con capacidades diferentes en 20 distintos países.
No solo el porcentaje es ínfimo, insisten ambas ONG, sino que la tendencia de ese tipo de proyectos es a la baja. En los dos últimos años las iniciativas, en el marco de la ayuda humanitaria, destinada a discapacitados ha descendido del 0.7% al 0.43 %, sostiene el estudio.
Según declaraciones del director de Handicap Internacional Jean Pierre Delomier –retomadas por la Agencia Telegráfica Suiza-, en situaciones de crisis, “las organizaciones de la sociedad civil internacional deberían priorizar, particularmente, a las poblaciones más vulnerables”.
“Hay un problema grave en el seno del sistema de la ayuda humanitaria internacional y este informe lo ilustra”, explica Frances Stevenson, directora de urgencias de HelpAge.
El estudio desenmascara una de las debilidades manifiestas de la ayuda humanitaria desplegada en situaciones de crisis a nivel mundial. 350 millones de personas en el mundo son afectadas anualmente por diferentes tipos de urgencias humanitarias, revela el estudio.