Hace pocos días falleció a los 101 años María Fux, quien fuera bailarina, coreógrafa y danzaterapeuta argentina. En este reportaje la periodista Silvana Redivo nos conmueve con estas palabras: “Comparto esta entrevista, donde la búsqueda de la libertad cabalgaba desbocadamente en el aire y celebro la posibilidad que me llevó a su casa unos años atrás para danzar en palabras junto a ella”.
Agencia La Oreja Que Piensa. Por Silvana Redivo
Observadora de toda sublimación artística y de la vida.
¿Por que seguis?
Me recibe en una casa con muchas habitaciones. La luz del ambiente se funde con la de ella. Entre un gato que ronronea, imágenes de su cuerpo danzando en distintas partes del mundo, en un escenario, dando clases, hablando y al fin llego al espacio donde me invita a sentarme en medio de libros, cuadros y muchas plantas que también danzan buscando crecer más allá de los límites.
-Que pregunta nunca te hicieron?
MF: ¿Por qué seguís? Porque sin moverme y sin dar no tengo vida. Porque es parte de mi propia respiración, porque siento que he seguido la vocación y siento toda la energía que tengo todavía para dar, por eso sigo.
-Y en ese “seguir”… ¿qué estás haciendo?
MF: Saber que no sé, preparar material para cada encuentro con la gente, ni que hablar de las clases que doy, los seminarios a los que asisten desde todos los lugares para poder formarse. Saber lo responsable que soy, que pronto voy a a cumplir 92 años y alguna cosa he hecho pero por suerte siento que todavía tengo por hacer.
-Qué buen punto de partida no?
MF: No sé… Es el inicio de otra etapa.
-En tantos años de carrera has formado a tantos bailarines, actores y personas. Todos recibieron y reciben tu mano mágica. ¿En quiénes te ves reflejada?
MF: Yo me veo reflejada en lo que voy a hacer mañana, por ejemplo que tema he elegido para mañana.
-¿Miras para atrás?
-MF: No. Lo que está hecho está hecho. Lo que siento es que mañana voy a cumplir otro encuentro con la gente y lo que elegí son los caminos que no están fuera del cuerpo, sino “en el cuerpo.” Pues ese es un tema bastante apasionante ¿y que son los caminos? Ese va a ser el encuentro de mañana ¿Qué te parece?
-(No alcanzo a responder mi percepción sobre esa búsqueda apasionada y a la vez compartida y generosa… cuando regresa inmediatamente con su machete de palabras danzando la vida)
MF: La búsqueda siempre de poder dar lo que no se o lo que no he percibido bien, siempre estoy en eso. Yo pienso que la vida me ha dado etapas para cumplir sin que me diera cuenta que eran etapas y las fui cumpliendo de acuerdo a las necesidades que encontraba en aquellos momentos, en aquellos años. Ahora estoy en una etapa compleja y difícil.
Es la etapa antes de irse de esta tierra. Entonces, pienso que no me quiero llevar nada conmigo, todo lo voy dando. Es así, no hay otra cosa.
- ¿Existe la María Fux personal y profesional?
MF: No, para mí se une todo, yo soy lo que vos ves en la mesa y eso es lo mismo en el estudio.
- En tu vida personal haces este camino de no mirar atrás, no has sufrido por amor?
MF: Sí, sí, claro que sí, eso ha estado siempre presente y fueron etapas que fui cumpliendo. Con la alegría de sentir muy profundamente que me amaron y que yo he amado y que sigo amando a lo importante que es la vida. En eso estoy. Yo puedo decir que siento el interés por la vida pensando que mañana voy a tener el grupo de gente que viene acá a ver que es la danza terapia y que puedo dar y entonces tener interés, entusiasmo y búsqueda me da idea absolutamente de que estoy siguiendo la vocación.
- ¿Que es la vocación?
MF: Yo tengo vocación de servicio.
-Así como un día cuando eras chica descubriste que no podías parar de danzar…
MF: Si, si, danzar en los cumpleaños, danzar permanentemente y seguir danzando la vida.
- ¿Cómo es eso que te convertiste en la pierna que bailaba de tu madre?
-MF: Si, sí, mi madre a los 5 años vino de Rusia. Somos de familia judía, ellos vinieron con 13 hermanos en un barco que salió de Polonia, escapando Soy hija de inmigrantes rusos judíos. En 1915, mis abuelos maternos, que eran muy religiosos, migraron a Argentina escapando de un pogrom (persecución de judíos) en Odessa (Ucrania) con 11 hijos; mi madre era la menor de los hermanos. En el camino, cuando estaban en Alemania tuvo una infección en la rodilla y cuando llegó a Buenos Aires la internaron en el hospital y le quitaron la rótula. En ese momento no había la posibilidad de colocarle una articulación y mamá siempre tuvo la pierna rígida. Y sí, soy la pierna de mi madre que danza y ella a través de mi danza fue una de las críticas más extraordinarias que he tenido a través del movimiento. Yo la he escuchado siempre porque ella, como amaba la danza y no podía hacerlo, a través de mi cuerpo se sintió parte y yo me sentí parte de ella que me enseñó que con límites se pueden hacer tantas cosas como las que hacía mi madre en casa. Yo aprendí mucho de ella y creo que ella, no sé, aprendió también de su hija. Yo era la mayor de las seis hermanas y era como si fuera la confidente de ella y ella era mi confidente, lo que leía, lo que escuchaba, se lo trataba de dar a ella mientras planchaba y cocinaba. Ella me enseñó que con límites se puede hacer tanto... y eso quedó en mi cuerpo durante muchísimos años y cuando me encontré, por primera vez, con una nena sorda me di cuenta que quizás le podía dar a través de los ritmos no audible y así fue aprendiendo.
-Podemos decir que así comenzó tu trabajo con gente con problemas?
MF: ¿Vos no tenes problemas? Yo tengo problemas!. Todos tenemos problemas y todos con nuestros problemas podemos danzar. A través del silencio, yo he trabajado mucho sobre el silencio, me di cuenta que el ritmo para moverme no venía por el oído. Siempre trabajé con los límites, los límites no solamente míos sino los otros límites y dar cuenta que era la motivación que mueve los límites, muchas veces la música, muchas veces la palabra, muchas veces el color, muchas veces el silencio, así fui aprendiendo a través de lo que soy como artista, creando permanentemente, y sigo creyendo que se puede seguir creando, eso no finaliza a los 20 años.
-Tu hijo se dedica a la música. ¿Es tu pierna sonora?
MF: Es una continuación, todo influye en la vida del otro y la influencia de los padres influye mucho en nuestra vida. Tiene mucho que ver conmigo y bueno, se va haciendo una inter relación permanente. Continuidad con mi hijo y con mis nietas, ellas danzan.
-Como se hace para llegar al punto de en tan pocas palabras ser tan universal?
Aprendiendo de los errores, de lo que se ha podido hacer y ver que se puede seguir andando... dando. Eso te da un sentido a la vida, el saber que esta noche, si me despierto mañana, ya tengo que prepararme para la clase y eso me alegra, ver qué color me voy a poner...eso te va nutriendo. No sé qué hacen las señoras de 92 años, no tengo idea, pero no estás sentada viendo la televisión, no estás sentada... estás haciendo.
-Tenes miedo a la muerte?
Sí, sí. Claro que sí, es lo que no se conoce. Yo pienso que llegará en el momento justo. Pero quiero dejar todo preparado.... no sé.... los papeles, cds, música, las plantas… no me las puedo llevar.
Entrevista publicada en la Revista de Arte y Literatura "La Noctiluca".
(*) María Ana Fux. Buenos Aires, 2 de enero de 1922-31 de julio de 2023. Fue una bailarina, coreógrafa y danzaterapeuta argentina. Es reconocida como desarrolladora de un sistema propio de danzaterapia en Argentina. Recorrió instituciones, congresos y seminarios para dar testimonio de su experiencia integradora, sobre temas referidos a: sordos, síndrome de down, espásticos, autistas, tercera edad y discapacidades diversas.