Agencia La Oreja Que Piensa. Febrero 2015.
Mientras la oposición sigue mostrando su desesperación por no encontrar una perspectiva exitosa en lo electoral y por ello insiste en otros escenarios como la guerra económica y nuevas guarimbas a futuro, el presidente Nicolás Maduro sigue cortando por lo sano y avanza en el proceso revolucionario.
De allí que en su mensaje anual ante la Asamblea Nacional insistió en una serie de inversiones en materia social y acciones en materia económica para enfrentar la guerra sistemática que afecta al país y los intentos de desestabilización contra el gobierno bolivariano.
Tres son los puntos que calificó de prioritarios en esta nueva etapa. Por un lado, lograr una mayor inversión social y productiva, poniendo en marcha la implementación de un plan para la protección familiar denominado “Hogares de la Patria”.
También habló de más mejoras para la juventud, incrementando el monto de las becas estudiantiles.
En este mismo eje, dijo que se harán nuevas inversiones en infraestructuras para terminar importantes obras de transporte, soluciones viales para el país y la construcción de 400 mil viviendas en 2015.
Contrariando a quienes, con malicia, esperaban un paquetazo antipopular, Maduro anunció también el aumento del salario mínimo para los trabajadores del 15%, vigente a partir del primero de febrero.
Otro punto esencial del discurso fue el de un sistema cambiario ajustado a las necesidades. Por ello anunció modificaciones al control de cambio de divisas, con el fin de hacer frente a dificultades e ineficiencias del sistema existente.
El nuevo sistema mantiene un cambio fijo de 6,30 bolívares por dólar.
Además se unificará el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad) que pueda atender otras necesidades económicas del país, regido por un mecanismo de subasta y de mercado para la fijación del precio de las divisas.
Por último, el Presidente anunció la apertura de un debate sobre políticas de subsidios a la gasolina hasta definir una tabla de costo justa y equilibrada. Los recursos así obtenidos serán destinados al gasto social.
En el mismo discurso, Maduro denunció la andanada de ataques provenientes del imperialismo y en ese sentido ejemplificó con la tarea nefasta de las firmas calificadoras de riesgo internacionales que colocan a Venezuela en peor situación que la de países en guerra, lo cual atribuyó a factores políticos que no reflejan la realidad de la economía venezolana.
En Bolivia
Horas después de su exposición ante la Asamblea, Nicolás Maduro viajó a Bolivia para abrazar, en nombre del pueblo venezolano, al presidente Evo Morales, que asumió nuevamente el cargo después del aplastante triunfo electoral de octubre pasado.
El presidente venezolano, aprovechó la ocasión para anunciar que retomará las relaciones trimestrales con Morales para los temas de cooperación industrial, energética, agrícola, cultural, productiva y social.
“Hoy venimos maravillados en tiempo de Pachakutik, en tiempos de Evo Morales, es decir en tiempos de los pueblos”, señaló.
Impresionado por la gran movilización de movimientos sociales y juveniles que lo vivaron junto al resto de los presidentes invitados, Maduro expresó que “esto es lo que hace ratificar que los pueblos estamos despiertos y unidos, nadie podrá con nosotros, eso es lo que dice la victoria de Evo y el clamor de un pueblo que ha logrado ser poder y demostrar que gobernamos mucho mejor que las oligarquías”.
Luego, Maduro volvería a entusiasmarse al escuchar las palabras de Evo, quien resuelto a ahondar la vena social de sus políticas, abrió su tercer mandato quinquenal con la promesa de reducir a 8% la pobreza extrema en Bolivia.
Vale recordar que cuando asumió el gobierno en 2006, siete de cada 10 bolivianos vivían en situación de pobreza y tres de aquéllos en la miseria o pobreza extrema, con menos de un dólar al día.
Morales cifró el crecimiento en 2014 del Producto Interno Bruto (PIB) nominal del país, en 34 mil millones de dólares, casi cuatro veces más que en 2005 y un ingreso individual promedio de 3 mil dólares en ese mismo período, dos veces más que nueve años atrás.
El líder boliviano significó que la inversión estatal en su gobierno subió 795%, entre 2006 y 2014, frente al crecimiento menguado de 15% registrado entre 1997 y 2005.
Cerca de derrotar el desempleo, su gobierno dijo haber generado 500 mil puestos de trabajo en los últimos ocho años.
“Ahora tenemos 3,2% de desempleo”, subrayó al asegurar que el salario mínimo nacional escaló de 440 bolivianos, en 2005, a 1.440 bolivianos en 2014.
Estos hechos concretos y no especulaciones fantasiosas o rayanas en la hipocresía en la que suelen caer algunos gobernantes, se fueron logrando, al decir del vicepresidente Álvaro García Linera, porque “los revolucionarios no vinimos a administrar el capitalismo, sino a construir el camino hacia el socialismo”.