Agencia La Oreja Que Piensa. (ANSA) – PEKIN. https://www.ansalatina.com/americalatina/noticia/deportes/2022/03/03/los-atletas-como-rehenes-de-la-guerra_4c4ba30b-3945-4b19-bbf5-fb37d3a02a26.html
"Estamos realmente muy decepcionados de que se vean afectados por las decisiones que vuestros gobiernos adoptaron al violar la tregua olímpica", afirmó el presidente del Comité Paralímpico Internacional (IPC), Andrew Parsons, al confirmar que los 83 atletas rusos y bielorrusos que debían participar de los Juegos de Invierno en Pekín finalmente fueron marginados de la cita.
"Son víctimas de sus gobiernos", remarcó Parsons, desembarazándose de una decisión que él mismo admitió fue adoptada por la presión ejercida por las restantes delegaciones participantes, que llegaron a amenazar con desertar de los Juegos si el IPC mantenía su postura original de permitirle a los atletas de ambos países competir como "neutrales".
"Dan risa cuando afirman que la política no debe mezclarse con el deporte", pareció responderle el esquiador bielorruso Yury Holub, al reiterar: "Estoy en contra de la guerra y es una pena que algunos supongan que fuimos los atletas los que la iniciamos. Esto es una vergüenza, una verdadera mierda".
Parsons, nacido en Brasil e hijo de padres escoceses, supo presidir el Comité Paralímpico de ese país y también el de Estados Unidos antes de ser elegido como titular del IPC en 2017 pese a que no tiene discapacidad física alguna. Además, es integrante desde 2018 del Comité Olímpico Internacional (COI), que a través del alemán Thomas Bach, su presidente, cuestionó abiertamente a Rusia por "violar la tregua olímpica" hace pocos días.
Por ese motivo, Bach instó a las federaciones internacionales de las distintas disciplinas a considerar la posibilidad de aplicar sanciones contra Rusia que no excluyeron a sus atletas, como quedó plasmado hoy en la decisión del IPC a pocas horas de ponerse en marcha la decimotercera edición de los Juegos de Invierno en Pekín.
Juegos cuya ceremonia inaugural se celebrará este viernes en el estadio "Nido de Pájaros" con la participación de 47 delegaciones, entre las que finalmente no estarán Rusia y Bielorrusia y se destacará la de Ucrania, integrada por 29 atletas y nueve "guías" y encabezada por el presidente del Comité Paralímpico de ese país, Valeriy Sushkevych.
"Es un milagro que estemos aquí, pero no estábamos dispuestos a resignarnos a no viajar a Pekín. Nuestra presencia en estos Juegos es una señal de que Ucrania es y sigue siendo una nación pese a que una superpotencia pretenda destruirla", agregó el dirigente.
"Muchos de los integrantes de nuestra delegación tuvieron dificultades para escapar de las bombas", graficó al afirmar que en "en este momento hay dos frentes de batalla: Uno en Ucrania, con nuestros soldados, y otro en Pekín, con nuestros atletas".
Sushkevych agradeció las muestras de apoyo recibidas sin mencionar la decisión de último momento del IPC de marginar a los atletas rusos y bielorrusos que, a decir del presidente del Comité Olímpico italiano, Luca Pancalli, resultaba ineludible porque "si manteníamos la postura original, las demás delegaciones probablemente se hubiesen retirado y nos hubiéramos quedado sin los Juegos, con lo cual el perjuicio hubiese sido aún peor".
"Era la única decisión posible para salvar los Juegos", reiteró Pancalli, aún cuando reconoció que compartía aquella postura inicial de hacerlos competir como "neutrales" porque "creíamos que era la mejor solución en virtud de los valores del deporte y porque compartimos el pedido del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, quien desde un principio pidió distinguir entre el pueblo ruso y el gobierno de Moscú".
"Esperábamos que esta solución fuese aceptada, pero en un abrir y cerrar de ojos la guerra dijo presente en estos Juegos y debimos cambiar la decisión original para preservarlos", completó al explicar que uno de los puntos más álgidos hubiese sido la convivencia de los atletas ucranianos con los rusos y los bielorrusos en la Villa Olímpica, donde la tensión se percibía a primera vista.
"Es inhumano", consideró en cambio la bicampeona mundial italiana y subcampeona olímpica en Londres 2012 , Oxana Corso, nacida en San Petersburgo y adoptada en Italia cuando tenía poco más de un año y medio de edad.
"Es sin dudas un tema delicado, pero lamento que el deporte se vea afectado por una cuestión evidentemente política", agregó Corso en diálogo con ANSA, al destacar que "sólo los atletas sabemos lo que significa prepararse para competir en los Juegos.
"Son cuatro años de trabajo y sacrificio de muchos que hoy, por culpa de la guerra, están pagando el precio por lo que decidieron sus gobiernos", completó.
"Ya no estamos seguros siquiera bajo el paraguas de la tregua olímpica, pero eso no es por culpa del deporte", finalizó Corso, aludiendo a la situación que dio origen a esta contramarcha del IPC respecto de los atletas rusos y bielorrusos finalmente marginados.
Situación que impedirá confirmar si el deporte realmente hubiese respetado el axioma de la mentada "convivencia pacífica", como la que se presume reinará en la media maratón de RomaOstia de este domingo, en el que participarán 15 corredores ucranianos y otros diez rusos dentro de los más de 8200 participantes de 800 nacionalidades que competirán en la prueba.
Un escenario que no se repetirá en los Juegos Paralímpicos de Invierno, donde la política finalmente impuso su lógica por sobre la del deporte, como no sucedió en aquellos Juegos de Verano de Atenas 2004 en los que Estados Unidos comandó el medallero general apenas un año después de encabezar la invasión militar en Irak que a lo largo de ocho años dejó más de 600 mil muertes, según algunos informes, por efecto directo o indirecto de la guerra.
Libia, Afganistán y la ex Yugoslavia también sufrieron en su momento los efectos de las "misiones pacificadoras" de la OTAN, cuya expansión hacia Europa del Este generó la reacción de Rusia, según recordaba su presidente, Vladimir Putin, antes de iniciar su ofensiva militar contra Ucrania. (ANSA).
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