(*) Mi nombre es Lucas Quintana. En 1966 comencé a aprender el oficio de carpintero y también a escribir los primeros versos o poesías y nunca deje de hacerlo.
Mientras trabajaba dejaba volar la imaginación y escribía en algún pedazo de madera o terciado, al terminar la jornada lo pasaba a papel y una vez en casa al cuaderno, sistema que me daba la posibilidad de corregir ya que casi todo lo escribía tres veces.
Edite mi pequeño primer libro hace un año, lleva por título “A quien le quepa el sayo” un compilado de poesías escritas hace tiempo y otras hace poco, pero la temática toda es de gran actualidad.
En estos días estoy terminando un nuevo libro que es autobiográfico, donde hay raras coincidencias y cosas que valen la pena ser contadas.
Sueño que en mi barrio se abran centros culturales y bibliotecas populares, no es lo mismo que los chicos o jóvenes lean un texto bajado de internet que palpar y oler el papel, apreciar el trabajo de encuadernado, la ilustración, diseño de tapa o tipo de letra o que de vez en cuando algún escritor de la zona u otro lugar se preste a una charla con los vecinos, sería un intercambio muy interesante y debería ser fomentado por las instituciones.