09 DIC•DOHA•REDACCIÓN ANSA
Agencia La Oreja Que Piensa. Por Fernando Lorenzo. (*) (ANSA) - DOHA, 9 DIC –
No merecía sufrir tanto Argentina, pero sufrió hasta el último remate de Lautaro Martínez que le dio el pasaje hoy a semifinales del Mundial de Qatar en la definición por penales de un partido para el infarto que Países Bajos logró llevar a tiempo suplementario al remontar dos goles de desventaja en el último de los diez minutos adicionados por el árbitro español Antonio Matheu Laoz.
No merecía siquiera tener que depender de las atajadas de Emiliano Martínez, gran artífice de esta clasificación como lo había sido en las semifinales de una Copa América que Argentina terminó alzando hace un año en el Maracaná ante un Brasil que hoy, también por penales, se despidió de Qatar y se quedó sin chance de revancha.
Croacia, rival de la "albiceleste" el martes de la próxima semana, le apagó la música al tan criticado bailecito del festejo a la "canarinha" pese al gol que hoy le permitió a Neymar igualar el récord del legendario Pelé (77), pero no bastó para asegurarle la posibilidad de disputar en el desierto el "Clásico de Sudamérica" con una Argentina que sobrevive gracias a su corazón.
Ni Alfred Alfred Hitchcock pudo haber imaginado semejante definición que le permitió a la "albiceleste" de Lionel Messi, quien con su décimo gol en una Copa del Mundo igualó el récord histórico de su compatriota Gabriel Batistuta, avanzar un paso más rumbo al sueño, construido gol a gol, atajada tras atajada y golpe a golpe.
El capitán había sido la llave que abrió un partido de ajedrez ante un Países Bajos que se plantó en espejo con un sistema similar al imaginado por Lionel Scaloni y que abrió el camino con una genialidad que destrozó el esquema planteado por Louis Van Gaal para contenerlo e intentar lastimar a Argentina con la velocidad de sus tres delanteros.
Otra muestra de talento de Messi, que recibió, amagó y esperó el momento justo para meter una estocada y filtrar un pase para que Nahuel Molina sorprendiera a la zaga neerlandesay celebrara su primer gol con la selección tras un toque sutil que no le dio opciones al arquero Andries Noppert.
En un partido cerrado en el que ninguno de los dos equipos se animaba a arriesgar demasiado, Argentina había querido más y tenía su premio frente a un rival que había logrado emparejar el trámite y trataba de llegar con Daley Blind, Memphis Depay y Cody Gakpo, su goleador en esta Copa.
Poco más sucedió en ese primer capítulo, al regreso del cual Argentina volvió a mostrarse más incisiva y contó con opciones como para aumentar, siempre comandada por la lucidez de un Messi inspirado en los momentos justos que tuvo también una opción para celebrar su cuarto gol en esta Copa con un tiro libre apenas alto.
Pero tuvo su revancha a los 73', cuando el lateral Marcos Acuña ingresó al área y fue derribado Jurrien Timber, obligando al árbitro a sancionar un penal que Messi trocó por gol con un remate que dejó parado al arquero neerlandés, quien momentos antes intentaba ponerlo nervioso.
No se notó y la "Pulga" celebró el segundo gol de una Argentina que parecía tener asegurada la victoria aunque quedaba un cuarto de hora de tiempo reglamentario por jugarse ante un rival que mandó a la cancha a jugadores de mayor altura como Luuk De Jong y Wout Weghorts para intentar descontar vía aérea.
Y la apuesta de Van Gaal rindió frutos, pues Weghorts, que reemplazó a Depay, descontó de cabeza a los 83' y puso a tiro a Países Bajos de un empate hasta entonces impensado que él mismo marcaría en el décimo minuto adicionado por Laoz. ¿Pero qué tienes? ¿Un reloj o un calendario? se preguntaba más de un fanático argentino, con una dosis de premonición por lo que vendría en la última jugada del partido.
Y fue el empate, que alcanzó con la viveza que se necesita para jugar al fútbol, luego de un tiro libre en el que la barrera de Argentina saltó, mientras el balón le llegaba por abajo al delantero para que ajusticiara a Martínez.
Sorpresa de propios y extraños, que no podían creerlo como no podían creer los fanáticos argentinos que fueron mayoría entre los cerca de 88 mil que colmaron el estadio de Lusail.
Tampoco Scaloni, que discutió con el árbitro, con quien también conversó Messi antes de iniciarse el suplementario de un partido que parecía escurrírsele de las manos a la "albiceleste" que, sin embargo, dio otra muestra de carácter para levantarse como le sucedió en el estreno con derrota frente a Arabia Saudita.
Messi volvió a ponerse el equipo al hombro cuando logró sacudirse el fastidio y después de un primer capítulo con poco para comentar, Argentina por la victoria y terminó generando más situaciones de las que había generado en tiempo reglamentario.
Ya estaban en cancha Lautaro Martínez, reemplazante del voluntarioso Julián Alvarez, y Angel Di María, que ingresó por el zaguero Lisandro Martínez, y fueron dos de los que tuvieron opciones de sentenciar el duelocon remates que se desviaron en un rival en el último centímetro, aunque la más clara se la negó el poste a Enzo Fernández cuando agonizaban los 120 minutos.
Fernández no tuvo revancha, pues sería el único en malograr su remate desde los 12 pasos en una serie en la que Emiliano Martínez volvió a lucirse deteniendo los disparos de Virgil van Dijk y Steven Berghuis, los primeros dos de Países Bajos, para el que sí acertaron Teun Koopmeiners, Weghorst y Luuk de Jong.
Y a muchos les hizo recordar aquella definición en semifinales de Brasil 2014 en la que su colega Sergio "Chiquito" Romero también se "convirtió en héroe" frente al mismo rival en esa Copa.
Hoy, las "Manos de Dios" mantuvieron en carrera a una Argentina que celebró con los remates de Messi, Leandro Paredes, Gonzalo Montiel y de Lautaro Martínez, que con el último hizo estallar a todo un país que tenía atragantado el grito y lo liberó como un desahogo.
Los fanáticos que tras el empate de Países Bajos parecían haber perdido el entusiasmo, dieron rienda suelta a la alegría y volvió a escucharse el grito de guerra en las tribunas, mientras otros lloraban sin poder completar las estrofas que dicen: "Y al Diego, desde el cielo lo podemos ver, con Don Diego y con la Tota alentándolo a Lionel".
Seguro que así fue, acompañado por Alejandro "Pachorra" Sabella, de cuyo fallecimiento se cumplieron ayer dos años y quien no pudo cumplirle en Brasil 2014 el sueño a Messi de ser campeón mundial. Tal vez esta sea la vencida. (ANSA).
(*) Periodista Agencia Ansa.