Agencia La Oreja Que Piensa. Por Alejandro Jacobsen.(*)
El sol, siempre alargado, sobrio, cae en silencio en un rincón, contra una arboleda y solo deja como gesto su viejo vapor sólido que sigue brotando del asfalto. No hay sonidos, ni eco, ni movimiento alrededor de los pasos de León. La ruta es una línea mentirosa, una soga que anuda un atardecer cualquiera.
Todos los atardeceres podrían ser este atardecer. León mueve sus piernas con un ritmo ajeno, mecánico, aprendido de tanto repetirlo. Distrae sus ojos en los tonos verdes y cálidos que ahora lo rodean.
Los motores y los ruidos de las cubiertas forcejeando contra el asfalto son contornos difusos que no pertenecen a la realidad. Mudos. Desconoce su cansancio y sigue. Para León, la vida se parece a ese gesto de repetir los pasos de un modo mecánico, acostumbrado, bajo un dócil aburrimiento y bebiendo un amargo placebo de fe. La vida, ese hecho al que León parece resignarse…
(*) Escritor y Periodista.Fue colaborador de la revista Omero poesía. Es autor de la novela El libro del otoño, de la tragicomedia, La novela absurda y de la colección de cuentos Piedra y cemento, todos libros aún inéditos. Hoy trabaja en una serie de textos sobre la literatura y acaba de terminar una novela corta, La pequeña vida de Don León.