Agencia La Oreja Que Piensa. Por Raquel Gazzanego.
Desde hace poco más de 22 años (exactamente desde el 10/01/1994), venimos batallando contra la impunidad y el olvido en la que se llamó públicamente la Masacre de Wilde, hecho que se llevara la vida de 4 personas a manos de la policía de Buenos Aires, entre ellas la de quien fuera mi marido Edgardo José Cicutin.
Gracias al acompañamiento y buen desempeño de mis abogados, hemos logrado mantener vigente esta causa, ya que de otra forma, al haberse cumplido sus primeros 10 años hubiera prescripto.
La Comisión Internacional por los Derechos Humanos a través de su Secretaría Ejecutiva en enero de 2010 solicitó al Gobierno Argentino responda respecto el estado en el que se encontraba la causa, y explique las dilataciones correspondientes de la misma en el otorgamiento de justicia.
Recién hace 2 años tuvimos la suerte que la causa cayera en manos del Juez de garantías de Lomas de Zamora Dr. Gabriel Vitale, que a diferencia de muchos, trabajó junto a su equipo quienes supieron estudiarla y así dar captura en su comercio de Córdoba al prófugo que nunca nadie encontró, y ponerlo a disposición de la justicia.
Desde entonces, la lucha es por la definición de las interminables peticiones de distinta índole de los imputados (de los 11 imputados, sólo quedan 9 ya que 2 han fallecido) que lo único que intentan, es seguir dilatando un esperado justo juicio.
Necesitamos no se siga dilatando más esta espera y se logre por fin conseguir llevar a juicio a los culpables de cometer éste hecho de visible violación a los derechos humanos, por ser integrantes de una fuerza pública, la mano ejecutora de éstas muertes.