Agencia La Oreja Que Piensa. Por Adolfo Pérez Esquivel. (*)
Subió el dólar, bajó el dólar, aumentó la verdura, la carne y la leche, el precio es hoy, mañana no sabemos. Los medicamentos aumentan, -“prohibido enfermarse”, los jubilado/as esperan un milagro para sobrevivir y llegar a fin de mes, eso ya es un milagro.
El ministro de Economía Guzmán renunció de la peor manera, los buitres financieros se alteraron y el blue dólar se disparó, en el mundo al revés todo es surrealista, ya lo decía Discepolín… Siglo XX cambalache…llegamos al Siglo XXI y nada es igual…todo es peor… “y los buitres buscan redoblar sus intentos de golpe financiero y continuar con la rapiña”.
Ingreso Batakis como nueva ministra de Economía, entrante y saliente en su efímera permanencia en el ministerio; recibió ataques al por mayor de políticos/as devaluados/as. Antes de comenzar, salió.
Entro Sergio Massa con superpoderes y concentra 3 ministerios, esperemos pueda aportar y encontrar solución a la grave situación económica y hacer frente a la mafia financiera, la fuga de capitales a los paraísos fiscales, amparados por el secreto bancario.
Massa no es mago y hay que ayudarlo en encontrar un nuevo amanecer para iluminar al pueblo y superar la pobreza.
Macri declaró que el dinero del FMI fue para salvar a los bancos, no para el desarrollo del país, pero le exigen al pueblo pagar, que la deuda la paguen los Bancos que recibieron los créditos.
Discepolín tiene razón, gracias maestro por iluminar la razón y la memoria
Esta historia ya la conocemos, vean el billete de un millón de pesos en la Argentina milagrosa que logró que hasta el más pobre sea millonario… hay quienes no creen en los milagros, que los hay, los hay, la realidad golpea en el mundo al revés, hay quienes tienen el sartén por el mango y el mango también, como cantaba la querida María Elena Walsh, es pa´ no olvidar.
Al millón de pesos le siguieron los cien mil Australes, los Patacones, los bonos, el canje por un poco de pan, las Asambleas populares, siempre perdió el pueblo. Recuerdo que una vez recibí un billete de un millón de pesos con el siguiente escrito. “Adiós mango ingrato, te vas y me dejas pato”.
El mundo cambia vertiginosamente sometido a la aceleración del tiempo, Oscar Wilde decía: “hipócrita es aquel que sabe el precio de todas las cosas y el valor de ninguna”; precio y valor no son lo mismo.
Hoy se construyen bancos para honrar al becerro de oro y el sistema financiero internacional dirigido por EEUU, el FMI, el BM, BD. Hay gobernantes que quieren inmolar en el altar del capitalismo a los pueblos.
País que intenta rebelarse al sistema financiero, al no pago de la Deuda Externa inmoral e injusta, le espera el castigo del default, la entrega de los recursos naturales, el sometimiento a políticas de ajuste, capitalización y privatizaciones, obligar a los pueblos a pagar una deuda eterna que no conocen y que nunca recibió beneficio alguno. Si resisten al sistema son acusados de terroristas y le aplican el bloqueo y les congelan los fondos.
Es semejante al Proceso Kafkiano, acusan a los pueblos de la situación y les obligan a pagar con hambre, pobreza y entrega de su soberanía, a esa situación le llaman democracia. La inflación galopa como caballos desbocados hacía ningún lado. Los conflictos en aumento y la incertidumbre en los hogares
¿Dónde quedó la proclama del 45 de la ONU después de dos guerras mundiales, y los millones de seres humanos muertos y la desesperación de los pueblos y el propósito para que nunca más vuelva las guerras y el hambre?
Se pretendió iluminar el horizonte y dice.: “Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas…queremos la paz, la solidaridad y convivencia.
“A reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas…” Los derechos humanos son integrales de las personas y pueblos, del medio ambiente, el desarrollo y la soberanía.
Los pueblos están ausentes de las decisiones que toman los gobiernos y organismos internacionales Es necesaria la rebelión cultural, la resistencia a las imposiciones de la mafia financiera.
Los sociólogos, filósofos, políticos tienen los diagnósticos, los pueblos saben del hambre y la pobreza, el desafío es transformar la realidad, enfrentar el drama de todos los días de niños/as que no pueden alimentarse en un país riquísimo en recursos naturales pero empobrecido.
La rebelión cultural es pensar como han hecho en otros países imponiendo el “Boicot” a los comercios y empresas que aumentan los precios de los productos básicos día a día.
Recuerdo de chico que, durante la presidencia de Perón, la mafia financiera impuso el desabastecimiento, el aumento de precios de los alimentos, el gobierno convocó a los medianos y pequeños productores y enviaban a los barrios camiones con los productos básicos a precios razonables, papas, cebollas, verduras.
Se instalaban dos veces por semana ferias barriales, el pan a precios populares, impedía que los intermediarios especulen con aumentar los productos. Hacíamos cola para las compras y compartíamos el ”puchero peronista” y quedaba el caldo para la sopita a la noche
Otra experiencia que muchos conocerán y otres tienen que conocer, fue en la Villa 31, con el Padre Carlos Mujica. En la capilla después de la misa, se convertía en cooperativa, los vecinos podían comprar a bajos precios, harina, yerba, azúcar, aceite, fideos, etc. Eso es solidaridad
Es posible si nos dejamos de joder con las discusiones internas y buscamos una salida en la unidad dentro de la diversidad, para enfrentar la situación actual.
No es un consejo de “viejo vizcacha”, pero les recuerdo a Martín Fierro, “si entre ellos pelean los devoran los de afuera…” Las discusiones, peleas, trapos sucios hay que lavarlos en casa y no ventilarlos en el barrio, los buitres y ratas están atentos para la rapiña
(*) Premio Nobel de la Paz 1980.