Agencia La Oreja Que Piensa. Febrero 2013. Por Lucrecia Cuesta (*)
Nicolás Doljanín nació en Buenos Aires en 1953. Es periodista. Su trabajó como corresponsal de guerra en América Central lo convierte en especialista en temas de América Latina y el Caribe.
Cuenta entre sus obras “Chalatenango, la guerra descalza” “La razón de las masas” “Paquito Arriarán de Arrasate a Calatenango”, en co-autoría “La plaza en Ojotas” y el recientemente galardonado “la sombra del tío” en el rubro Literatura testimonial Casa de las Américas 2013.
-Tenemos muchos años de trabajar juntos en Prensa y te voy a hacer una pregunta muy original. ¿Cómo te sentís vos.
-Para un pibe del Dock Sur este premio es más que el Premio Nobel. Primero porque con el Casa de las Américas nadie me va a poder decir careta y, segundo: estén donde estén mis compañeros de gomera, es como si se lo hubiesen ganado ellos.
Y así como digo el Dock, digo Chalatenango. Heroico ¿No?... O el glorioso colectivo de trabajadores del que tuve el honor de ser su delegado sindical, en TELAM S.A.- años 72 y 73, todos ellos me bancaron amenazado por la Triple A y les debo la vergüenza que jamás les hice pasar en todas las correrías de sentenciado por los caza –zurdos. No me quiero poner a dar nombres porque no termino más.
-Los lectores de La oreja que piensa quisieran tener un pantallazo de América Latina de que el Premio que te adjudicaron menciona ese mérito en la obra.
-Vos lo sabes mejor que yo. Acá y por toda la América Latina muchos salieron en malón a agarrar piedritas del Muro de Berlín. Y conste, “compañeros” a la cabeza de la cola…
Un acorde de Pink Floyd y la famosa revolución productiva embarcaron a medio mundo en la quimera.
En el fondo, esto es un pensamiento personal, los mismos que confiaban en ese muro para sentirse de izquierda ante los gringos, después dieron vuelta la creencia, empezaron a “creer” al revés.
No es algo que deba sorprendernos, porque nuestros compañeros históricos, tanto en el peronismo revolucionario como en la izquierda, veníamos curados de espanto con la burocracia soviética.
No en vano pasaron por nuestras vidas el Che y los Beatles, por no decir Fidel. Bastaba seguirle la sintonía fina a su discurso entre los 80 y los 90 para darnos cuenta que, la Revolución cubana venía avisada. La sombra del tío por algo casi veinte años de escritura y, humildemente, intenta reflejar lo que te comento.
Nicolás: en algunas conversaciones que hemos tenido vos comparaste la guerra de El Salvador con la Triple Alianza contra el Paraguay y te escuchaba decir que duró el doble…
-La guerra del El Salvador no fue una guerra civil, como tampoco la Revolución Sandinista, como tampoco lo fue la del Paraguay.
Vos lo sabés, estabas trabajando con la Revolución Sandinista en esos momentos. Fue desde su inicio una guerra popular de autodefensa
contra el genocidio y la intervención político-militar gringa en lo que nunca debió meterse. La lección le costó cara al Pentágono.
No hay cascote del Muro que les lograra convencer de que, por las malas como le gustaba a Reagan y los suyos, la tenían completamente perdida. La solución política mediante los acuerdos de Paz en el 92, les llevó, ya con Clinton, a reformular toda su estrategia hemisférica.
“Izquierdas legales como poder de veto”, decretaron a partir de ahí. Muchos se lo tomaron en serio y tuvo que venir el 19 y 20 de diciembre, para ver en condiciones de una democracia verdadera, digo específicamente en nuestro país.
Un gobierno que camina por la izquierda y coherente con la masa de resistencia latinoamericana, como sucedió con Néstor Kichner primero y ahora con Cristina.
Hasta ellos dos todo era “progre”. Dame el voto y volvete a tu casa; la militancia ha muertos es el tiempo de los operadores… De modo que, este abanico de democracias populares con la que honrosamente contamos los pueblos de América Latina y que culmina con la CELAC, se inscribe: Primero: en el sacrificio del Pueblo salvadoreño y su indomable autodefensa, digna del ejemplo vietnamita. Y después, en los movimientos sociales que salieron a poner el cuerpo en las rutas durante los años noventa.
Bueno, en prensa nos costó dos vidas.
-Ahí tenés. Con José Luís Cabezas tuvimos el caso de un laburante claramente desprotegido por su patrón.
A la primera amenaza, el dueño de Perfil, con todo y las piedritas del muro que expone en el hall, tendría que haber tomado medidas y enviar a otro que no estuviera quemado ante la mafia, a la que Cabezas tuvo el mérito de exponer a la luz pública.
Y después en el compañero Mario (**) tuvimos El militante...El caso Fontevecchia, impune la primera vez como negrero, después quiso llevarse por delante El Estatuto del Periodista. . . Y si no hubiese sido por los compañeros Jubilados de Prensa, que salían en batucada bajo las ventanas de la redacciones y los compañeros del glorioso conurbano de medios alternativos, la batalla la perdíamos. Pero claro, en el sindicato hay de todo, aunque, y es adónde voy, su dirección siempre ha sido antiimperialista. Un anti-imperialismo práctico, algo excepcional todavía hoy. . .
Es cierto, tenemos el privilegio de haber invertido nuestros exilios en dos revoluciones.
-Como les dije a los integrantes de Casa de las Américas: Cuba sigue siendo la madre de todas las excepciones. Tanto las de imperio como las del dogma.
PREMIO CASAS DE LAS AMÉRICAS 2013
Nicolás Doljanín Acaba de obtener por unanimidad en Literatura testimonial el premio “Casa de las Américas” con su libro “la sombra del Tío”, rubro en el que compitieron 55 textos.
El libro es un testimonio del devenir de un puñado de personajes que circulan por el amplio universo de la lucha contra el imperialismo, en un periplo que, a partir de la Argentina previa a la última dictadura militar, pasa por México, Nicaragua y se centra en El Salvador.
La obra tiene el valor de ser a un tiempo –al igual que la posta del guerrillero- el lugar de máxima exposición pública y el de mayor intimidad –planteó el jurado integrado por Edda Fabbri (Uruguay), Juan Carlos Volnovich (Argentina) y Félix Julio Alfonso López (Cuba)-
El texto de estructura compleja y no lineal, abarca desde el soliloquio reflexivo hasta la crítica despiadada, siempre fiel al esfuerzo sostenido por no mentirse.
Toda jerga se enarbola contra el poder, escribe el autor, y esta literatura tensa, esta palabra suya que no se entrega al sosiego, nace de ese espacio que el escritor conquista: el de su libertad”.
Otros libros del autor:
“Chalatenango, la guerra descalza” 1983 – Ediciones El Día, México;“La razón de las masas” 2002 – finalista de Casa de las Américas. Ediciones Nuestramérica; “Paquito Arriarán de Arrasate a Calatenango”, en co-autoría -2007, Ediciones Txalaparta, España;“La plaza en Ojotas” – 2010- Ediciones La Tinta – Buenos Aires.
(*) Periodista y abogada.
(**) Mario Bonino. Periodista Argentino asesinado a los 37 años en Buenos Aires en 1993. Su caso aún continúa impune.