Agencia La Oreja Que Piensa. Desde Camagüey, Cuba. Por Elianis Cutiño López/ Estudiante de Periodismo.
Como reciente alumna suya debo aclarar que me intimidaba un poco atreverme a entrevistarla, pero con el agrado que recibió mi petición disipó todas mis dudas.
Muchos la reconocen por su laureada trayectoria periodística, otros, por esos reportajes que tan magistralmente hace, o quizá por el carácter tan recio con el que algunos la identifican.
Con gran poder de síntesis, incorporado a ella durante tantos años de quehacer radial, pero con la sinceridad que la caracteriza, Miozotis Fabelo Pinares se descubre, además de periodista consagrada, como una educadora, con todos los significados que esa palabra pondera.
-¿Cuándo comenzó a impartir docencia?
—Desde que era estudiante de la carrera de Periodismo, en la Universidad de Oriente, me integro al Movimiento de Alumnos Ayudantes. A través de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) me incorporo al Movimiento Elio Constantín, para impartir clases, y cuando en la Universidad de Camagüey se abre la carrera formo parte del claustro de la Facultad, como Profesora Adjunta, con la categoría de Asistente, para responder a la necesidad de formar nuevos profesionales y trasmitir las experiencias acumuladas en el ejercicio de la profesión.
-¿Principales obstáculos a los que se enfrentó?
-No los considero obstáculos, sino retos: cumplir con el plan de clases, sin descuidar el trabajo como periodista y el resto de las responsabilidades, y enfrentar la difícil misión de enseñar, sin todos los conocimientos pedagógicos.
Aun así, es una labor gratificante, cuando nuestras redacciones reciben a jóvenes encargados de dar continuidad al trabajo.
-¿Alguna vez ha pensado dejar de dar clases?
-Mientras haga falta estaré en el aula, trasmitiendo mis modestos conocimientos y práctica en el oficio. Me satisface comprobar que hay jóvenes que ya despuntan como buenos periodistas aunque, por supuesto, tienen que ponerle el extra que lleva esta labor periodística, ponerle corazón a lo que se hace.
-¿Qué cree de las nuevas generaciones de periodistas?
-Tienen que estudiar, prepararse cada día más, porque esta es una profesión en la que nunca se termina de aprender; hay que leer mucho, imponerse cada día nuevo y mayores retos.
-¿Siente que sus estudiantes se parecen a usted?
Por suerte, algunos sí; y ya rinde frutos el trabajo. El mayor premio de cualquier profesional es que sus alumnos sean mejores.