Agencia La Oreja Que Piensa. Agos/2013 Desde Locarno, Suiza. Por Sergio Ferrari (*)
Historia de la meva mort (Historia de mi muerte), del realizador catalán Albert Serra fue galardonada con el premio mayor, el Leopardo de Oro, en la 66 edición del Festival de cine de Locarno que acaba de concluir el tercer fin de semana de agosto.
El abrazo cinematográfico entre Casanova y el Conde Drácula, presentando en la misma pantalla dos épocas históricas y dos visiones del mundo, conmovió por su originalidad al jurado internacional que no dudó en galardonar así una obra radical y rupturista del cine contemporáneo.
Aunque fue la principal, la presea de Serra no fue la única para la producción iberoamericana que llegó al más importante evento cinematográfico suizo.
E agora? Lembra-me (¿Y ahora?, recuérdame)del director portugués Joaquim Pinto, recibió el Premio especial del jurado internacional, el segundo en importancia, así como la presea otorgada por la crítica internacional.
Por su parte el actor peruano Fernando Bacilio, personaje principal de El mudo, de Sebastián Lelio, se alzó con el Pardo a la mejor interpretación masculina.
En tanto el realizador español Lois Patiño con su Costa da Morte (Costa de la Muerte) fue reconocido como mejor realizador emergente en la categoría de Cineastas del Presente, la segunda en importancia del evento locarnés.
“Entendieron mi película”
El Leopardo de Oro sobrepasa todas las expectativas del director catalán, quien en entrevista con este corresponsal, luego de conocer la noticia, se manifestó “tan contento como sorprendido”.
“Lo que más me conmueve de la distinción es que desde un primer momento en Locarno se habló de cine con mucha pasión. Es un espacio donde realmente se entiende de cine.
Todos los intercambios, incluido con otros realizadores y la prensa, estaban centrados en las películas, en su estética…Que es lo que importa al final, al margen cualquier premio” enfatiza Serra.
Quien reconoce también el impacto material positivo de la recompensa – 90 mil francos suizos, casi el mismo monto en dólares estadounidenses- “que me va a permitir enfrentar la nueva etapa profesional con más calma, sin pensar tanto en el día a día”.
Subrayando el momento oportuno de la distinción, “a pocos días que Historia de la meva mort sea presentada en Francia, lo que puede significar un empujón para el film”.
Su reflexión de fondo, al mejor estilo de la personalidad crítica y sin compromisos del realizador catalán - considerado por parte de la crítica de su país como el “enfant terrible” del cine español- , lleva a relativizar sin embargo el significado del premio.
“Hay que circunscribirlo a una película en particular” en un mundo, como el cinematográfico, donde “no se puede contentar siempre a todos”.
Ni siquiera al mismo público, hacia el cual Serra mantiene una cierta distancia conceptual, fuente de la independencia de su creación. “Si debiera pensar en la gente, en los espectadores, me bloquearía.
A nivel metafórico, es como si un fabricante de armas debiera pensar en las víctimas que produce…Mis películas son armas con las que cada uno que las mira puede hacer, pensar y vivir lo que quiera” enfatiza.
“El actor es como tierra moldeable”
El actor es el fango, “la tierra húmeda de un ceramista. No soy más que lo que Albert Serra ha moldeado para darle una forma determinada”, expresa Vincenç Altaió, actor no profesional que asume el rol protagónico de Casanova, al comentar el premio recibido en Locarno.
Para mí como poeta, continua, “que no hace distinción entre lo visual y lo literario, se culmina de esta manera una forma de arte sin fronteras”, subraya.
E insiste en su propia lectura sobre el valor de Historia de la meva mort:“creo que esta película representa perfectamente nuestra época y con los años va a explicar mejor a Europa y al mundo actual que un tratado de política o un ensayo de economía”.
Y concluye: “cruza las ideas con la estética. Es muy valiente, muy innovadora, corre riesgos y hace un favor al espectador, al crearle una dificultad a su vida cuando mira el film”.
“Satisfecho con el palmarés”
Las distinciones otorgadas en Locarno, “muestran que los jurados comprendieron la diversidad de las películas presentadas en la selección oficial”, subraya el director Carlo Chatrian, en diálogo con este corresponsal.
El film catalán, subraya, es “compacto, muy fino, muy fuerte, asocia dos épocas para hablar del presente”. Y el Leopardo de Oro, galardona hoy “un cine radical y de búsqueda, coherente con el espíritu mismo de nuestro festival”.
Albert Serra es uno “de los cineastas más originales en la actualidad. Y es un gran honor que presentara su film aquí. Un proyecto de largo alcance, en el que venía trabajando desde años”.
Tal vez por la duración – 148 minutos- no va a funcionar muy bien en las salas comerciales, explica el director de Locarno. “Pero estoy convencido que como el buen cine, el de verdad, va a permanecer y prolongar su presencia en la historia”, concluye.
(*) Sergio Ferrari en colaboración con swissinfo.ch
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