Agencia La Oreja Que Piensa. Por Alberto Más. (Corresponsal de Cubainformación en Buenos Aires).
A pesar del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los EE.UU y Cuba a partir del 17 de diciembre de 2014 y la apertura de embajadas en Washington y La Habana el 21 de julio de 2015, el bloqueo permanece intacto, más allá de pequeños maquillajes que el saliente gobierno de Barack Obama le ha impuesto.
Podemos decir que las negociaciones son permanentes, que se ha avanzado en la constitución de equipos de trabajo para tratar distintos temas de interés común, como la trata de personas, o disposiciones que flexibilizan los vuelos regulares hacia la isla, o la justa exclusión de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, o la derogación de la ley de “pies secos – pies mojados” que tantos muertos causó al impulsar la migración ilegal de cubanos hacia los EE.UU y el programa de inducir a la deserción a los médicos en misiones en el exterior, pero no se ha desarticulado la trama legal que estructura el genocida bloqueo económico-comercial-financiero contra Cuba, que tanto daño ha causado.
Según el Informe de Cuba sobre daños y perjuicios del bloqueo económico, comercial y financiero a junio 2016, éstas ascienden a 753 mil 688 millones de dólares, considerada la depreciación del u$s frente al valor del oro en el mercado internacional.
Para tener una idea de lo que representa el bloqueo en la vida cotidiana del cubano, con un día del bloqueo se cubrirían los costos de los materiales para edificar 288 departamentos de 2 ambientes o comprar 139 ómnibus urbanos y con una semana 48 locomotoras de trenes.
Recordemos también el discurso del 22 de marzo de Obama en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, cuando afirmó sobre que el bloqueo “solo hace daño al pueblo cubano en lugar de ayudarlo”, pero no avanzó un ápice en eliminarlo, incluso su fallido anuncio de permitir que Cuba pueda realizar transacciones internacionales en dólares.
Como el discurso y la realidad no siempre van de la mano, Obama no quiso o no pudo, ya que el poder real no está en la Casa Blanca, avanzar más en desarmar el entramado legal del bloqueo y el año 2017 se inicia con nuevas medidas punitivas con aquellas empresas que realizan operaciones comerciales o sociales con Cuba, el 17 de enero se conoció que el Departamento del Tesoro norteamericano volvió a poner multas, el 12 y el 13 de enero, contra organizaciones que mantuvieron relaciones con la mayor de las Antillas, esta vez multó con u$s 10.000 a la Alianza para una Política Responsable hacia Cuba (ARCPF en inglés) y u$s 955.750 al banco canadiense Toronto Dominion (TD), acusándolos de violar las regulaciones del bloqueo.
La primera acusada por la OFAC (Oficina para el Control de Activos Extranjeros) por coordinar viajes de grupos de estadounidenses en agosto 2010 y septiembre 2011, violando las regulaciones del Departamento del Tesoro.
El banco por llevar a cabo transacciones en el sistema financiero norteamericano de una empresa canadiense, cuya propiedad accionaria es de una empresa cubana, financiando actividades comerciales entes el año 2003 y 2011.
De acuerdo a lo difundido por el Minrex cubano desde los anuncios del 17 de diciembre de 2014, el gobierno de Estados Unidos ha multado a 11 entidades (7 estadounidenses y 4 extranjeras) por valor acumulado de 2 mil 843 millones 623 mil 359 u$s.
No caben dudas, el bloqueo a Cuba por parte de los EE.UU se mantiene firme, pero es indudable que hay una poderosa lucha en el interior del poder en el coloso del norte, entre los que ven en la Isla la posibilidad de hacer negocios que hoy pierden en manos de otros países y aquellos obtusos ideológicos que solo aspiran a destruir el mal ejemplo que significa para el mundo una sociedad autónoma, independiente, igualitaria, democrática y digna, que demuestra todos los días que un mundo mejor es posible.
Pero hoy, el bloqueo está intacto.