Agencia La Oreja Que Piensa. Por Claudio Gabis (*)
En consecuencia a los cambios continuos que afectan la atmósfera del arte, las “movidas” independientes han ido tomando carácter en el ander, creando varios circuitos artísticos, por donde desfilan nuestros artífices locales y donde nos visitan los “no tan locales”.
Los centros culturales y similares, han ido convirtiéndose en los escenarios de la bohemia, donde jóvenes y viejos, se convergen para compartir obras musicales, teatrales, poesía, literatura, artes plásticas, etc.
Muchas iniciaron por consecuencias político sociales; otras por el desafío de autoabastecer proyectos autónomos e independientes, o en respuesta de la inexistencia de espacios de esas características, etc.
Estas organizaciones, han ido madurando con el transcurrir del tiempo, siendo en la actualidad, el mayor circuito del ander Nacional, viéndose sin embargo, apenas un inicio de la real valoración de estos espacios, y sobre todo de estos circuitos de contacto y comunicación entre los artistas.
El arte independiente va encontrando de a poco su espacio, y muy lentamente, su reconocimiento.
Es además un desafío, dado que aún, no tiene una figura legal adecuada, lo cual, en muchos casos margina a estos espacios al borde de lo “ilegal”.
Dada esta vulnerabilidad, han surgido redes dedicadas a reclamar la legalización de estos espacios.
Si aún como sociedad debemos trabajar mucho la valorización de los artistas, la defensa de estos espacios y de cualquier expresión cultural, de a poco se va reconociendo tácitamente que el ander camina esas veredas.
(*) Músico, comunicador social