Agencia La Oreja Que Piensa. Por Carol Calcagno (*)
Asunción muestra sus raíces guaraníes entre la abundante vegetación. El sol sustenta de energía incluso hasta bajado el atardecer. Las noches son calurosas, pero con agua fresca el tereré no deja de ser un buen anfitrión. El habla es lenta y los pasos también. Es una ciudad que hace sin apuro, pero hace y eso es lo más importante.
Tal es el caso del SERPAJ - Servicio de Paz y Justicia, lideraba por Adolfo Pérez Esquivel.(**) Está ubicado en la calle Tte. Celestino Prieto 354 a unas pocas cuadras del centro. La entrada es similar a una casa de familia. Creo que es una gran familia de compañeros, que luchan por la igualdad de valores, entre otras tantas, pero tantas cuestiones a resolver. Y otras ya resueltas.
Charlar con Vidal ,uno de los coordinadores , me abrió el camino hacia un mundo que desconocía. Misterioso y digno. Digno de observar a la luz como flores de Mburucuyá.
Caminé por las oficinas de planta baja y primer piso. Hablé con las personas que ocupan los distintos sectores y que de manera silenciosa trabajan con valentía y esperanza.
Son varios los casos que atraviesan este país abrazado al río Paraguay. Históricamente sufrió dos grandes guerras.
La Guerra de la Triple Alianza entre los años 1864 y 1870 entre Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay. Y la Guerra del Chaco, donde enfrentaron a Bolivia entre los años 1932 y 1935. Eso marcó un modelo militar muy insertado en la sociedad. Y que trae muchísimas complejidades. Una de ellas son las víctimas que atrapa este modelo. Puntualmente hay casos de muerte de niños soldados y conscriptos entre los años 1989 y 2012, con búsqueda de esclarecimiento.
El SERPAJ (***) lleva su labor institucional, asesorando a los familiares de las víctimas y en la colaboración de presentar casos ante la justicia. Y denunciar públicamente las diversas situaciones.
Esta observación desencadena en otras como las juventudes en zonas militarizadas. Ya que la vida cotidiana de los asentamientos campesinos, las áreas educativas, los espacios de recreación y acciones cotidianas están, en las comunidades de San Pedro y Concepción, cruzadas por la militarización. Los daños conllevan violaciones de derechos humanos.
Referirse a militarización es referirse a las producidas por el Estado, la guerrilla y los paramilitares afectando al campesinado y a las familias en general.
Otro de los aspectos preocupantes de Paraguay son las tierras. Luego de la guerra de 1870, estas fueron vendidas a capital extranjero. A partir de ahí los desalojos comenzaron a ser moneda corriente, pero también así empezaron a crearse las primeras organizaciones de lucha y defensa, que, en estos últimos tiempos, cuentan con el apoyo del SERPAJ, quien les brinda capacitación ante cualquier violación de recursos naturales y/o atropellos de los derechos humanos.
Cabe recordar que este país sufrió un gobierno que se aferró al poder durante casi 35 años bajo el mando de Alfredo Stroessner. A pesar del pasado, el recibimiento cálido y la fortaleza con la que se planta en tierras guaraníes este grupo de Paz y Justicia, da lugar a compartir una muy buena reflexión de Arturo Jauretche:
“El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos.
Los pueblos deprimidos no vencen.
Por eso venimos a combatir por el país alegremente.
Nada grande se puede hacer con la tristeza”.
(*) Escritora y Periodista.
(**) Premio Nobel de la Paz 1980.
(***) El Servicio Paz y Justicia Paraguay (SERPAJ PY) es organización de Derechos Humanos que nace como propuesta de trabajo por la paz, contra la injusticia social desde la no-violencia activa.