Teatro Buenos Aires, las noches de los jueves, viernes y sábados a partir de las 20.30 horas.
Agencia La Oreja Que Piensa. Por Carolina M. Calcagno (*)
La tenue iluminación de la sala invita a entrar, lentamente. Y permanecer en un escenario, que por un buen rato, se detiene en una pequeña celda de los años 70. Sí.
La de aquellos pálidos tiempos vividos en la Argentina.
El beso de la mujer araña, se presenta en el Teatro Buenos Aires, las noches de los jueves, viernes y sábados a partir de las 20.30 horas. Esta obra fue escrita por Manuel Puig en el año 1976, publicada a través de la editorial Seix Barral de España.
Retrata el diálogo de dos personajes altamente antagónicos.
La comunicación pasa a ser un espejo cóncavo y convexo de vivencias y emociones. Por una parte Valentín, militante, comprometido con la igualdad de los derechos sociales, representado a través de Pablo Pieretti.
Y por otra, Molina, con sus modos afeminados, quien muestra su atracción por las películas y el bolero, teatralizado por Oscar Giménez.
La detallada construcción de ambos personajes, unen y des unen, la pasión por lo que creen y son. En un ámbito prohibido de libertades, logran encontrarse al desnudo con las sensaciones más genuinas de cualquier ser humano.
La dirección está a cargo de Valeria Ambrosio, quien se permitió focalizar las mociones existenciales de cada uno de ellos. Que sin alejarnos de la ficción, tienden a ser las mismas de la realidad.
En esos años, Puig se exilió del país, primero a Brasil y luego a Cuernavaca, México. Su material fue retirado de las librerías argentinas. No se aceptaba la oposición política, de finales del gobierno peronista. Ni la diversidad sexual en una sociedad que todavía se refugiaba en la moralidad y el silencio.
Los caminos de Coco, tal como lo llamaban en su pueblo de Villegas, dejó destellos titilantes en varios lugares del mundo.
En los años 80, El beso de la mujer araña, fue llevada al cine en coproducción brasileña-estadounidense, a
cargo del director Héctor Eduardo Babenco.
Y así comenzó a girar, entre curiosos amantes de lo crítico, hasta llegar hoy a las calles de nuestra querida ciudad porteña, sin censuras y con aplausos de pie.
(*) Periodista y escritora.