Agencia La Oreja Que Piensa. Desde la ONU, Ginebra, Suiza. Por Sergio Ferrari (*)
Dirigentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), autoridades gubernamentales y altos responsables de la Misión de las Naciones Unidas en ese país sudamericano recibieron el primer miércoles de febrero en la localidad de Pondores a 200 militantes de esa guerrilla.
Según la información oficial brindada por la ONU, ese acto simbólico en el norteño departamento de La Guajira marca el arranque del proceso de dejación de armas y separación de fuerzas previsto en el Acuerdo de Paz firmado por el grupo guerrillero y el gobierno en La Habana.
Las mismas fuentes de las Naciones Unidas indicaron que ese primer grupo se suma a más de 6.300 militantes de las FARC que desde el sábado 28 de enero se están movilizando hacia las 23 Zonas Veredales Transitorias de Normalización y los de las Puntos Transitorios de Normalización, ubicados por consentimiento mutuo en 14 de los departamentos del país sudamericano. En diversas declaraciones de prensa el presidente del jueves 2 de febrero, el Presidente Juan Manuel Santos adelantó que más de 4.670 guerrilleros estarían ya ubicados en las Zonas Veredales.
En dichas zonas se definirán a los amnistiados y los indultados. La importancia de las mismas es vital para la implementación de los Acuerdo de Paz, ya que los guerrilleros ingresarán como alzados en armas y luego de seis meses se convertirán en ciudadanos legales. En las mismas se iniciará el proceso de preparación para la reincorporación a la vida civil de los ex – guerrilleros, tanto a nivel económico, político como social
Según las fuentes onusianas, al intervenir en el acto de Pondores, el General José Mauricio Villacorta, Jefe adjunto de los observadores de la Misión de la ONU en Colombia, afirmó que el momento era de relevancia vital y expresó un reconocimiento a los esfuerzos tanto del Gobierno como de las FARC-EP para la implementación del Acuerdo Final.
“Esto muestra que estamos llevando el acuerdo a la realidad,” enfatizó en Pondores el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, quien destacó que lo que tendrá lugar en el campamento no es sólo la dejación de armas, sino también la transición de los guerrilleros a la vida civil. En tanto el comandante Iván Márquez, líder del equipo negociador de las FARC-EP en La Habana, expresó su optimismo por la llegada de este grupo. “Algo bueno está pasando en Colombia, y es la paz…Aquí estamos para decirle a Colombia que el proceso de paz está en marcha. Esta paz es irrefrenable, indetenible, vamos para adelante”, subrayó el dirigente guerrillero.
Tras su llegada, los guerrilleros registrarán las armas que portan. La pólvora, granadas y minas antipersona que traigan consigo, serán destruidas en el mismo campamento. Tras 180 días, la Misión de la ONU retirará la totalidad de las armas, una parte de las cuales podrían transformarse en materia prima para la construcción de al menos tres monumentos de paz en tres ciudades diferentes del continente americano.
Gran desafío todavía no resuelto del proceso de pacificación colombiano lo constituye el futuro de los grupos paramilitares, muchas de cuyas acciones brutales en los años de guerra por el momento se mantienen impunes. En 2015 la Comisión “Justicia y Paz” había documentado que de 3666 paramilitares – que reconocieron más de 50 mil violaciones de derechos esenciales, incluyendo crímenes - solo 33 habían sido condenados.
La aplicación de la justicia transicional constituirá otro de los grandes retos a corto y mediano plazo para una efectiva resolución de lo que fuera el conflicto colombiano. Incluyendo la investigación de los miles de casos de desaparecidos registrados desde 1970 en adelante que podría significar uno de los ejercicios esenciales para que la memoria colectiva alimente un nuevo paradigma de funcionamiento democrático inclusivo.