Agencia La Oreja Que Piensa. 2015. Por Ernesto Carmona Desde Santiago, Chile (*)
Con 3 asesinatos en diciembre (en Honduras, Colombia y Brasil) el 2014 cerró un balance de 31 periodistas y trabajadores de prensa asesinados en América Latina y el Caribe para silenciar su trabajo informativo, según los registros de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (Ciap), de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap).
Al final se ofrecen los nombres de estas 31víctimas porque ciertas fuentes y grandes medios estiman que la muerte de un periodista ya no hace noticia y reportan cifras muy inferiores. Por ejemplo, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que agrupa a los dueños de grandes periódicos de EEUU y América Latina, reportó sólo 19 asesinatos en la región y 60 a escala mundial, mientras duplican esa cantidad los números globales ofrecidos por diferentes entidades gremiales y centros de estudios internacionales con sede en Europa.
¿Quién mata a los periodistas de la región [y de otros países del resto del mundo]?
Los verdugos generalmente son sicarios pagados por fuerzas fácticas ocultas, ligadas al poder político local y/o nacional y a la vasta corporación del delito: narcotráfico, contrabando, tráfico humano, terrófagos o afines.
Pocos se atreven a señalar a los autores intelectuales en la sombra, precisamente porque les puede costar la vida.
La escasez de noticias y la impunidad son el denominador común.
Cuando la víctima trabaja en alguno de los grande medios, la “justicia¨” es capaz encontrar uno que otro sicario contratado, pero cae preso algún del crimen y/o la corrupción política.
En Colombia han llegado a tribunales ciertos altos cargos políticos, pero al fin de cuentas los verdugos de cuello y corbata siempre resultan indemnes.
Los asesinatos de 2014 ocurrieron en Brasil (5 muertes), Colombia (3 casos), El Salvador (2 asesinatos), Honduras (7 homicidios), México (9 asesinatos), Panamá (1 asesinato), Paraguay (3 homicidios) y Perú (1 caso), de acuerdo al orden alfabético del nombre de los países.
México acumula 21 desapariciones forzadas de comunicadores sin resolver.
Los países más golpeados siguen siendo México, Centro América, Brasil y Paraguay.
Se escribe mucho sobre el comportamiento de la gran prensa a la hora de informar sobre asesinatos de sus trabajadores, pero se explayan en banales detalles macabros, o el prontuario de los sicarios si resultan aprehendidos. Nunca hay nada sobre los autores intelectuales en la obscuridad.
El Estado tampoco hace su trabajo. Por ej., Gregorio Jiménez de la Cruz fue criminalizado por las autoridades encargadas de investigar su secuestro y homicidio en Veracruz, México.
Cuando aparecieron, las noticias de estos 27 asesinatos fueron relegadas a la crónica roja. Tampoco las difundieron bien los medios de los lugares de los asesinatos.
A las mafias no les gusta que las señalen. Al fin y al cabo, el objetivo de tanto crimen es la censura, el silencio y el miedo.
Los nombres de estos colegas tampoco pueden quedar impunemente en el olvido:
Brasil: Santiago Andrade, 49 años, camarógrafo; Pedro Palma, 47, dueño de un periódico; José Lacerda da Silva, 50, camarógrafo; Geolino Lopes Xavier, 44, Bahía; Marcos de Barros Leopoldo Guerra, 51, periodista y abogado; Colombia: Yonni Steven Caicedo, 21, camarógrafo; Luis Carlos Cervantes Solano, director de radio; Mónica Andrea Rocha, 42, periodista de la universidad de Bucaramanga; El Salvador: Mélida Antonia Amaya, 29, y su bebé de 6 meses; Carlos José Orellana, 23, camarógrafo; Honduras: Carlos Mejía Orellana, 35, Radio Progreso; Luis Alonso Fúnez Duarte, 47, conductor de noticias; Hernán Cruz, 52, comunicador de radio rural; Herlyn Iván Espinal Martínez, 32, coordinador de noticiario; Nery Francisco Soto Torres, 32, TV local; Dagoberto Díaz Suárez, dueño de Canal 20, Yoro; Reynaldo Paz Mayes, 48, director, propietario y conductor de la estación regional RPM TV Canal 28; México: Miguel Ángel Guzmán Garduño, 55, estado Guerrero; Gregorio Jiménez de la Cruz, 42, de Veracruz; Omar Fabián Reyes, 35, de Oaxaca; Jorge Torres Palacio, Guerrero; Nolberto Herrera Rodríguez, camarógrafo, Zacatecas; Octavio Rojas Hernández, 35, Oaxaca; Raúl López Mendoza, fotoperiodista de Cambio, Michoacán; Atilano Román Tirado, conductor de radio, Sinaloa; Jesús Antonio Gamboa Urías, director de revista “Nueva Prensa” de Ahome, Sinaloa, desaparecido el 10/10 fue hallado muerto el 22; Panamá: Ramón “Monchi” Cano, 80, hombre de radio; Paraguay: Fausto Gabriel Alcaraz, 28, Pedro Juan Caballero; Edgar Pantaleón Fernández Fleitas, 42, periodista, Concepción; Pablo Medina, diario ABC Color; Perú: Donny Buchelli Cueva, conductor de radio, Pacasmayo.
En Colombia se reportaron en el año ido 20 casos de violaciones contra 31 comunicadores y 56 amenazas. En esa nación 172 periodistas han sido asesinados desde 1977 y en muchos casos las investigaciones prescribieron o están a punto de hacerlo, informa la FLIP (Fundación para la Libertad de Prensa).
Desde México, Teodoro Rentería, líder de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexsicanos (Fapermex) describe como "hecho alentador que por primera vez, desde que se agudizaron los atentados contra los periodistas, el Gobierno federal reconoce en un comunicado el grave fenómeno que sobre todo atenta contra la sociedad, y que ubica a México como el país más peligroso en el mundo para ejercer el periodismo".
Honduras, en atención a su tamaño y población, no se queda atrás en esta estadística macabra por el recrudecimiento de los asesinatos de periodistas y trabajadores de prensa, junto con las restricciones a la libertad de informar desatadas desde el golpe patrocinado por EEUU el 28 de junio de 2009, que arroja un balance de tres decenas de homicidios de informadores.
Estadística 2007-2013
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
27 26 32 40 39 30 31
(*) Ernesto Carmona Ulloa, presidente de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (Ciap) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap).