Janaina Stronzake, dirigente del Movimiento sin Tierra de Brasil
Agencia La Oreja Que Piensa. Por Sergio Ferrari (*)
Con el impacto de la crisis planetaria se percibe un relanzamiento de la derecha a nivel mundial, lo que en el plano de la relación entre naciones se expresa en una tendencia a recortar la cooperación internacional. “Atravesamos un desierto”, precisa como tesis central Janaina Stronzake, 32 años, quien integra la Coordinación Nacional del Movimiento de Trabajadores rurales sin Tierra (MST) del Brasil. Sus funciones se ubican en el área de la formación y la cultura. “Doy clases, participo en la elaboración de materiales básicos, en la formación de dirigentes, en la agitación política”, subraya la joven dirigente radicada en Porto Alegre, capital de Río Grande del Sur. Stronzake se encuentra transitoriamente en España donde realiza un master sobre el tema de la tierra y la crisis alimentaria.
- Podría explicarnos mejor la visión que tiene su movimiento sobre la coyuntura mundial actual...
- La crisis impone cortes en los presupuestos sociales y de la cooperación internacional, como medio para compensar el financiamiento de los Estados del Norte a sus sistemas financieros en debacle. En lo político, se siente un nuevo empuje de la derecha en el plano mundial...
- ¿Y en Brasil mismo?
- Desde la perspectiva de los movimientos sociales transitamos un camino muy difícil. Es cada vez más activa la presencia de las trasnacionales, del agro-negocio, de la derecha como proyecto ambicioso. Algunas constataciones: la criminalización de los movimientos sociales por parte de la justicia y del Congreso Nacional con su Comisión de Encuesta Parlamentaria que quiere forzar su argumento del “enriquecimiento” ilícito del MST. Una ofensiva político y militar de la derecha, de los sectores terratenientes y sus milicias armadas. De la mano de un aparato mediático muy potente que juega ese juego. Un desierto donde se sigue concentrando las tierras. En los últimos 10 años aumentó dicha concentración y no se implementó la Reforma Agraria ni la democratización de la tierra. Según diversas estadísticas de toda seriedad, Brasil sigue siendo el campeón mundial de la concentración...Y la distribución no avanza.
- Lo que implica desafíos de fondo siempre vigentes para ustedes como movimiento sin tierra....
- En efecto. Tal vez es importante recordar que el MST nace en 1984 con la propuesta de luchar por la tierra, por la Reforma Agraria y por las transformaciones sociales. La lucha por la tierra implica pasos simples. Nos organizamos, identificamos un latifundio improductivo, nos dotamos de algunas pinzas y útiles, cortamos las alambradas y empezamos a producir. La lucha por la reforma agraria es un paso más complicado. Y lo tercero, es decir mejorar el nivel de vida de todos, en el campo y la ciudad, es todavía mucho más complicado. Un aspecto clave para asegurar este proceso es la educación.
- ¿Puede precisar?
- Debemos poder caminar con nuestras propias piernas. Para ello es necesario comprender bien, antes, el camino a recorrer. Y por eso organizamos escuelas en cada campamento. Y luchamos por una educación pública y universal. Y mucho más aún, necesitamos contar con campesinos-investigadores. Hace 10 mil años los campesinos cuidaban sus propias semillas, las producían, las conservaban. Ahora vienen trasnacionales como Monsanto y Syngenta y nos dicen que ellos son los únicos garantes de las semillas. ¡Increíble! Por eso necesitamos campesinos-investigadores, que no se dejen arrebatar la ciencia, al servicio de su propia producción. Que sistematicen conocimientos históricos. Y eso es un reto común para todos los campesinos del planeta.
- Es significativo en su análisis la estrecha relación que le asigna a las dinámicas de su país y a las internacionales... ¿Qué alternativas?
- El capital se globalizó. Es una realidad. Y por lo tanto deben globalizarse nuestras redes, es decir el intercambio solidario. Los problemas son esencialmente los mismos para los campesinos de Brasil, de Europa y África. Aunque a veces quieren hacernos entrar en contradicciones entre unos y otros. La buena solución es aquélla que es correcta para todos los campesinos y trabajadores en el plano mundial. Y dado que el origen de los problemas son los mismos debemos ser innovadores, creativos para alcanzar soluciones que parten de lo local. Y en este sentido adquiere una importancia notoria el concepto de soberanía alimentaria. Con una acción local pero unidos y coordinados a nivel global. Una unidad de acción común. En nuestro continente es vital la propuesta del ALBA. Es esencial crear debates y buscar opciones entre Gobiernos y movimientos sociales, a partir de una construcción desde abajo. Es muy importante la existencia de Vía Campesina, así como el rol que juegan Evo Morales o Chávez. Pero con la convicción que los movimientos se construyen y consolidan desde la base.
- ¿Y cómo se expresa esa visión en el terreno de la solidaridad internacional?
- Tenemos desafíos grandes en el sur, a nivel de MST. Y, por ejemplo, el apoyo de un organismo como E-CHANGER, es precioso. Reforzando nuestros desafíos en la producción y en la formación. Y consolidando una comunicación alternativa que rompa el bloqueo que sufrimos en ese terreno.
- ¿Un nuevo tipo de solidaridad y de cooperación solidaria?
- En efecto, La visión del intercambio y no del que uno da y el otro recibe. Si debiera usar una imagen ilustrativa sería la de las manos entrelazadas, que se estrechan. Muy distinto a una mano que da y otra abierta para recibir. Adicionalmente, fomentando solidaridad desde la base, como lo hacen ustedes con los Grupos de Apoyo que existen en todo Suiza y acompañan de cerca el trabajo de los voluntarios helvéticos que trabajan en América latina y África. El MST lo ve como un ejercicio significativo y muy importante; una práctica esencial. ¿Por qué? Porque el principal y mejor patrimonio, siempre, sea donde sea, son las personas. Esos Grupos de Apoyo no son sólo un actor financiero. Tienen también su impacto cultural, político, ideológico. Y en cada Grupo de Apoyo se refuerza un tipo de compromiso. Cada persona que es miembro responde a ese colectivo y se asume parte del mismo. Lo que posibilita el actuar solidario de cada uno con la razón y con el corazón. Insisto: no hay mayor riqueza para un movimiento que el ser humano. Esos Grupos son un ejemplo, un gran esfuerzo para globalizar los ideales, la lucha común por la dignidad humana y sobre todo por la esperanza.
- En algunos meses, en enero 2011, se realizará en Dakar, Senegal una nueva edición del Foro Social Mundial. El MST fue una de las cinco organizaciones brasileras que fundaron el MST. ¿Qué reflexión de cara al futuro?
- Estuvimos activamente como movimiento en la última edición del 2009 en Belén de Pará y en todos los eventos anteriores. Es un espacio importante y nuestro movimiento así como Vía Campesina, se ubican en ese espacio. Apostamos al movimiento popular que organice su coordinación a partir de la base. Y pensamos que es esencial que el FSM, en tanto espacio, siga sirviendo a los movimientos sociales. En un momento donde el capital internacional intenta recuperar todo. Individuos, proyectos, propuestas, conceptos. Nosotros, por ejemplo, comenzamos a hablar de sostenibilidad. De inmediato vinieron las trasnacionales y comienzan a usar esa misma idea. Por eso hay que defender espacios y contenidos. Un punto esencial es siempre tener clara la autonomía de nuestros movimientos sea de los Gobiernos, como de las ONG y otras instancias. Y no perder la perspectiva de clase trabajadora mundial. En una construcción que debe ser colectiva.
(*) Colaboración E-CHANGER, ONG de cooperación solidaria presente en Brasil y contraparte del MST