Agencia La Oreja Que Piensa. Desde Berna. Suiza,2011.(Por Sergio Ferrari)
• La tierra podría alimentar 12 mil millones de personas
• Presencia en Suiza de dirigentes campesinos latinoamericanos
• El MST de Brasil, invitado de honor. Más de 1 mil millones de personas padecen hoy de hambre en el mundo. Una situación “escandalosa” según la Federación Ginebrina de Cooperación (FGC). Quien convoca a partir del jueves 27 de enero y por tres días a un Encuentro de Solidaridad para debatir esta problemática. “La alimentación en peligro, ¿qué tipo de agricultura queremos?” constituye el tema central del evento que intenta promover un mirada Norte-Sur sobre la soberanía alimentaria, como una alternativa propicia al *flagelo* del hambre.Nueva pedagogía para la toma de conciencia
“El aspecto más importante de este evento es su valor pedagógico”, subraya Yanik Marguerat, Responsable de comunicación de la Federación. “Tenemos que superar el estadio de la denuncia de los fenómenos para proponer verdaderas soluciones para salir de las diversas crisis, entre ellas la de la alimentación mundial”, sostiene.
Se pretende llegar “a un público lo más amplio posible, sobre una temática que no es simple de comprender pero que tiene también una incidencia directa en la cotidianeidad helvética”, explica.
En el mismo cantón de Ginebra, y en tantos otros lugares de Suiza, muchos pequeños productores agrarios debaten hoy sobre su futuro y la viabilidad o no de su trabajo y producción.
“Buscamos acercar la realidad que viven los campesinos de Suiza y Europa con la de los de África, Asia y América Latina. Comprender mejor un problema mundial común para poder ser, entonces, mejores ciudadanos suizos y del planeta”, subraya.
Las malformaciones en el tema de la alimentación son estructurales. “De lo contrario no se puede explicar que exista 1 mil millones de hambrientos en un planeta que tiene 7 mil millones de habitantes pero con recursos suficientes para producir comida para 12 mil millones de personas”, enfatiza.
Invitados latinoamericanos
Entre los principales invitados internacionales, dos representantes latinoamericanos.
Janaina Stronzake, miembro de la Coordinación Nacional del Movimiento de trabajadores rurales Sin Tierra (MST) del Brasil y Pedro Quimbiamba, uno de los responsables de la Confederación Nacional de organizaciones Campesinas, Autóctonas y Negras de Ecuador (FENOCIN).
Además, participarán Claude Girod, de la Confederación Campesina (Francia), organización nacional que hace parte de la red internacional Vía Campesina. Así como Javier Sánchez uno de los dirigentes europeos de la red.
La sensibilización no debe limitarse solo a un ejercicio intelectual, explica el vocero de la FGC. “Y por eso integramos un programa variado de tres días que incluye conferencias, debates, conciertos, cuentos, exposiciones fotográficas y películas”.
Larga experiencia acumulada
Este Encuentro de Solidaridad será el tercero (los anteriores en 2005 y 2008) organizado por la Federación Ginebrina de Cooperación en los últimos diez años.
Es una iniciativa que se va consolidando y que se perfila “como uno de los eventos de esta naturaleza más importantes de Suiza”, evalúa Marguerat.
En cuanto al origen del mismo, “fue el resultado de una encuesta que hicimos en el año 2002 y que subrayaba la importancia de encontrar una temática transversal que pudiera enriquecer el intercambio de sus asociaciones miembros”.
Dicho estudio nos indicaba “la necesidad de ampliar la información y sensibilización a un público más diverso, que no estuviera ya necesariamente convencido de la importancia de la cooperación y la solidaridad”, acota Marguerat.
“El hambre no es una fatalidad”
“Estamos convencidos que el hambre no es una fatalidad”, subraya el portavoz de la FGC. De allí la preocupación, para los organizadores del Encuentro, que la reflexión se enmarque en la búsqueda de opciones, propuestas y alternativas.
Es en esa constelación de búsqueda, “que muchas de nuestras asociaciones miembros se manifiestan favorables con el concepto de la soberanía alimentaria”.
El mismo, puntualiza, “defiende el derecho de la gente y de los países a definir sus propias prioridades agrícolas y alimenticias”.
Quince años después de su emergencia como propuesta, la soberanía alimentaria “se proyecta como un arma contra la pobreza y los desequilibrios económicos”.
Sin embargo, concluye Marguerat, quedan abiertas muchas preguntas sobre las dificultades a las que se confronta, o bien sobre la forma de implementarla”, y de allí la particular importancia de iniciativas como la de Ginebra.