Fotografía de Bárbara Ibarra Roth
Agencia La Oreja Que Piensa. Por Alberto Borda.
Diego Frías es un artista popular. Confiesa que la música llegó a su vida siendo muy pequeño cuando su padre les regala junto a su hermano un teclado musical. Entre la pasión y el juego surgen las primeras melodías.
Después llegará su primera banda metalera y en ese caminar se encuentra con un instrumento raro en su casa: El sikus, de origen preincaico . ”…su sonido dio armonía y sentido a mi vida”, asegura.
Entre sus admirados maestros menciona a Jaime Torres, Uña Ramos, el grupo chileno de folklore andino ILLAPU, pero para el l músico desaparecido Ricardo Vilca, dispara esta frase: ”… es el manual para el músico andino, para el compositor. Tiene todo….”
Próximo a presentar su primer disco solista- este cantautor de Ingeniro Maschwitz que además, ejerce la docencia como músico y artesanías en hierro-en este reportaje exclusivo para la Agencia Informativa La Oreja Que Piensa- Diego sugiere: “ Debemos disfrutar el hoy, y cada tanto tenemos que apoyar el cuerpo en el pasto para sentir a la Pachamama”.
-En tu música hay una visión indígena y una conexión con la Pachamama madre tierra muy evidente….
-Siempre que toco música andina siento que me pasa de todo emocionalmente, tengo una conexión especial con la música andina, con el noroeste argentino, con la región precolombina, incaica. Hay algo que me conecta, y que me hace volver a la música andina por más que divague y ande por otros géneros musicales.
-Como te sentís emocionalmente en la creación musical?
-Lo que más me convence de toda la parte existencial, filosófica y religiosa tal vez, que desde que empecé a dar importancia a mi sentir, a la conexión con la pacha mama, es cuando mejor pude fluir en la parte compositiva. Es un agradecimiento y un sentimiento de amor hacia la madre tierra que tengo y se refleja en mis canciones, en mi forma de hablar a la tierra. Es ahí donde necesito conectarme con el entorno, con el suelo, con el aire, para dejar fluir la creatividad. Ahí creo que está la conexión con la madre tierra a la hora de componer.
-Además de músico ejerces la docencia .Ambas profesiones tienen un enorme sentido humanista. Es así?
-SI…te cuento lo que me paso. La docencia me vino sola, en mi zona no había músicos que enseñaban, que tocaran instrumentos andinos.
Arranque con mis primeras clases en un centro cultural, también me sume a la escuela 13 con mi tallercito de Sikus. La idea fue de compartir lo que ya sabía y multiplicarlo. En la docencia, tengo distintas experiencias y en el sentido humanista, como vos mencionas, trato de que lo que uno tiene se multiplique en los demás. Así como yo lo recibo lo entrego. Se cierra el círculo que se me fue armando con la música.
Generar en mis alumnos, en la gente que viene a las clases, más inquietud, más curiosidad, explorar un poco más, más allá del instrumento.
Las clases van hacia un lado más expresivo, tanto mis alumnos de Herrería como los de música, siempre van de la mano, de un intento de generar recursos propios de poder expresarlo de distintas maneras.
Sea con una canción, con una melodía, en un ensamble, una escultura, a aquellos chicos que les enseño artesanías en hierro, trato que se vuelque esa mirada hacia el lado creativo, es lo que me propongo
-Como llegas a trabajar en la Aldea Jóvenes para la paz (**)? Proyecto educativo del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
-Llego de una manera muy casual, creo que a Aldea me encuentra, algo que evidentemente tenía que suceder, un encuentro inesperado. Gracias al profesor de herrería Carlos. Yo lo reemplazo. A medida que fue pasando el tiempo, conociendo el trabajo interno del equipo de la Aldea, de conocer lo que significa el SERPAJ y del trabajo que hace por la niñez, me fui enamorando del lugar, y que hoy me transformó, gratamente y positivamente. Y de ahí en adelante todas son lindas experiencias.
-Qué experiencia te deja el intercambio de saberes entre educador y educando ?
-Me deja infinidad de formas de ver la misma cosa, en cada pibe se genera algo distinto, por ahí la misma nota o la misma melodía, por ahí les genera sensaciones diferentes, y lo mismo me pasa con la clase de herrería, cada uno se conecta de la manera que le llega.
Lo que a mí me deja como interrogante es sobre qué modelo educativo les estamos enseñando a los chicos, si es desde un modelo normalizador- que se acomoden a una norma -o estar atentos a las necesidades de los pibes y educarlos desde las propias necesidades de ellos. Que ellos nos muestren lo que están necesitando. El docente debería interpretar y no que ellos traten de interpretarnos a nosotros.
-Estás próximo a sacar tu primer disco…
-Sí, con muchas ganas … Estuve muchos años como sesionista, grabando para otros artistas, nunca lo había hecho como proyecto personal, con mis canciones con mis arreglos, con toda mi carga musical y emocional. ...
-Que músicos te acompañan?
Estoy acompañado por una banda que se compone por Karli Stulle en el bajo (segunda voz), Jime santee en la percusión (tercera voz)y yo en la guitarra. Los 3 cantamos. A veces contamos con músicos invitados, mi hijo lucio que nos acompañó en los vientos, con sikus, flauta melódica, Percusión, también el violinista Emilio Torres violinista.
Mi gran amigo Federico Pecchia es el productor musical, un músico tremendo que respeto por cada consejo que me da. Y en el estudio musical de Hernán Blanco, grosso de la técnica musical de Ing. Maschwitz y mi compañera Daniela Russo que es la que me motiva y acompaña.
El disco Tiene 11 canciones, las mayorías son propias. Una canción es de grupo “Kalamarca “de Bolivia que se llama “Mamita”. También incluimos un tinku popular boliviano que se llama señora “chichera”. y el resto de los temas van por el lado social.
Pachamama Tinku es una canción que tiene un ritmo de tinku, un canto de protesta contra la destrucción y el avance de los emprendimientos inmobiliarios, la destrucción de los humedades, la resistencia de “Punta Querandi”.
Dedico una canción que se llama “Paisaje” a los chicos de La Aldea Jóvenes para la Paz. El sentido de estas canciones es rescatar lo mejor que tengamos de nosotros , de no perdernos el presente y de disfrutarnos, de despejar la mente ,de parar de pensar el mañana y el ayer: disfrutar el hoy y que cada tanto tenemos que apoyar el cuerpo en el pasto para sentir a la Pachamama. Las canciones van de la mano de pensar positivamente.
(*) Provincia de Buenos Aires. Argentina
(**) La Aldea Jóvenes para la Paz del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) es un proyecto educativo-productivo de capacitación para jóvenes y adolescentes, creando espacios para la promoción de la producción agroecológica, capacitación en talleres y educación para la Paz y los Derechos Humanos. Cuenta con dos centros, ubicados en los partidos de Gral. Rodríguez y Pilar.