José Ricardo Fernández: artista plástico, ceramista, fotógrafo
Agencia La Oreja Que Piensa. Argentina 2010 (Por Stella Torres Berdún) (*)
“Un cielo abroquelado de nubes zigzagueantes muestra una multitud de pequeños trazos obsesivos, relámpagos que amalgaman la estridencia cromática con la siempre presente línea oscura que fragmenta el aire, las cosas y los sueños. Los techos de chapa; las paredes sin revoque, cobran la intensa vibración de la magia que los vuelve leves y dulces pese o gracias a ese envoltorio siniestro adeudado al prejuicio. El pintor sabe que allí, en los barrios, se desbordan los sueños, los seres surgen angelados y surge la magia que nos habla de manera legitima de lo substancial, la vida” (ante un cuadro del pintor Paceño José R. Fernández)
“Nací en Devoto en la época en que atendían las parteras. Mi primaria fue en la Escuela Roberto Ortiz”, recuerda el artista plástico, ceramista y fotógrafo José Ricardo Fernández. O José “de la quimera”, como lo llaman los amigos. “Estudié en el foto club Buenos Aires y trabajé bastante tiempo como fotógrafo de agencia. Mi primer trabajo fue en la Federación de Empleados de Comercio en plena época peronista. Tenía 12 años”, continúa.
Recuerda que “en la ‘Revolución Libertadora’ nos rajan castigados a la Caja de Jubilaciones de Comercio, lugar que conocíamos como ‘La Siberia’. Por los 14 años había tomado contacto con unos vecinos anarquistas, hijos de inmigrantes; me proveían de números de la revista ‘Los Pensadores’. Esa etapa me abrió la cabeza porque teníamos conversaciones muy interesantes. Así conocí a un dirigente de la FORA y comienzo a participar en las reuniones. Baste para ver el nivel con que se movían aquellas agrupaciones que tuve la suerte de tener clases de dramaturgia con Osvaldo Dragún e Hilda Ledesma entre otros”.
Asegura que “la plástica fue algo innato; desde chico me atrajo y pasaba horas enteras viendo libros de pintura por puro placer. Mi primer acercamiento formal a la plástica fue mediante la fotografía”.
- ¿Cómo ves el abordaje de la comunicación desde lo visual?
- Como desde cualquier otra actividad. Depende de la ubicación que uno elija. Si pintas o escribís algo que describa y señale lo social es porque te interesa. Descartemos que, evidentemente, haya quienes asumen “posturas” para la vidriera.
- ¿Qué elemento es la base para el contenido de tus cuadros?
- El maestro Alfredo Spampinato, viendo un cuadro mío dijo algo que, después, me di cuenta que era cierto. Dijo “esto está hecho con mucho amor”. Si en un cuadro, un poema o lo que sea que hagas no entregas este enamoramiento profundo no podes conmover a nadie.
- ¿Te identificas con esa calificación que circula y te define como “el pintor de los barrios”?
-Es evidente, creo, que apunto a proyectarme como artista mas allá de una calificación circunstancial; no siento que me defina esa calificación. Si, se, quiero transmitir lo que a mí me produce vivir estos barrios que un sociólogo llamaría “marginales” y en los que hallo algo muy especial que quisiera pueda verse en lo que pinto. Me atrapan y quiero su esencia.
- ¿Qué te atrapa entonces de estos lugares cotidianos?
- “Elegí vivir en estos lugares” (cita un poema propio). Vengo, ya lo sabes, de Capital, puntualmente Villa Devoto, en los ’70, buscando un mejor modo de vivir interiormente. En forma coincidente, en ese momento, padezco un trastorno visual que requirió una operación. Por ese entonces hacia cerámica. En el periodo de convalecencia posterior a la operación es cuando retomo la pintura.
- ¿Cómo se te plantea la inquietud de abordar el poblado, su caserío, vecinos?
- Es que es en estos lugares en donde, para mí, existe la mentada identidad. Esto no me pasaba con la visión diaria de la presuntuosa arquitectura de ciertos barrios capitalinos. Comencé a sospecharla, a captarla en esa diversidad de techos y paredes; eran una referencia real y directa de una realidad social y económica concreta.
- Ante tu planteo me surge una pregunta clásica. ¿El pintor debe pensar o el razonamiento atenta contra la autentica expresión de la pintura?
- Mirá, creo que el Ser Humano DEBE pensar haga lo que haga. Además…Hay una cuestión existencial de todas maneras. Existen ángeles y demonios y, en estos lugares, están más en descubierto, en estado más puro. La vida puede ser mucho más dura pero, sin dudas, es mucho, muchísimo menos hipócrita y, para apreciar esto… ¡Hay que pensar!
- ¿Reconoces influencias de otros pintores en tu obra?
- No demasiada. Algo del Impresionismo; algo de Xul Solar… Algo, también, del Expresionismo. Definiría lo mío con un término de la literatura “realismo mágico”.
- ¿Cómo ves la pintura actual?
- No tengo preferencias por pintores actuales. Para mal o bien aunque creo que por suerte, no recorro “Galerías” ni me inquieta buscar “tendencias”. Si destaco algunos contemporáneos como Xul Solar y Pérez Celis.
- ¿Qué es o fue “Pintura Grossa?
- Un buen intento.
- ¿Por qué teniendo talento literario no incursionas con mayor frecuencia por ese campo?
- Cuando escribo me siento en un estado emocional particular… No he intentado definirlo. Sí, me manejo mejor en la pintura; me siento más seguro.
(Tal vez suceda que el seguro artesano y el pintor idóneo; el ser humano comprometido con su época y sus contemporáneos tenga una deuda con la palabra escrita.)
- ¿Cómo ves el país?
- Acompaño lo que considero, con sus idas y venidas, un marcado avance. Hay cosas muy importantes pendientes pero, indiscutiblemente, hay otras muchas muy importantes que no se habían hecho nunca antes. Hay una deuda muy seria con educación y salud. En lo concerniente a los Derechos Humanos todo lo que se ha concretado en los últimos años es inédito y no debería minimizarse.
(*)Periodista, escritora, artista plástica