Agencia La Oreja Que Piensa. Por Miozotis Fabelo Pinares (*)
Históricamente, el Primero de Mayo fue un día de lucha por los derechos de los trabajadores en Cuba; pero después del triunfo de la revolución, la conmemoración alcanza carácter de fiesta proletaria.
El Primero de Mayo de 1959, con la consigna, “la unidad obrera y popular”, los cubanos festejan el Día Internacional de los Trabajadores, por vez primera luego del triunfo revolucionario.
En aquella conmemoración el comandante Camilo Cienfuegos, habla en Camagüey; Ernesto Guevara, en Santiago de Cuba; y Raúl Castro en la Plaza Cívica de la Habana, hoy Plaza de la Revolución José Martí, donde marchan los primeros contingentes de milicias populares.
El Comandante en Jefe Fidel Castro, no está en Cuba en esa fecha, realiza un recorrido por varios países del continente americano; no obstante, el día ocho, cuando regresa, el pueblo lo recibe en la Plaza.
“...al presenciar esta extraordinaria concentración, no puedo menos que pensar que nuestro pueblo considera que hemos cumplido con nuestro deber.
“Lo que queremos hoy, lo que queremos decir al hablarle hoy al pueblo, es que tenemos la seguridad de que nuestra Revolución seguirá adelante, de que nuestra Revolución triunfará, de que nuestra Revolución llevará adelante su obra sin que nada ni nadie lo pueda impedir, y esa fe que tenemos como nunca antes la habíamos tenido, esa seguridad que tenemos como nunca antes la habíamos tenido, es la que queremos comunicar hoy a nuestro pueblo.
“Nuestra Revolución, debemos advertirlo bien claramente, no renunciará jamás a sus principios democráticos; nuestra Revolución no renunciará jamás a sus principios humanos, pero nuestra Revolución tampoco renunciará jamás a su propósito de que exista en Cuba justicia social, y por eso hemos concretado bien claro nuestras ideas”.
En los años de Revolución, la jornada del Primero de Mayo de 1961, tiene especial significación. Aquel día, los trabajadores cubanos estrenan su himno.
Primero de Mayo... Día del trabajo,
dame tu mano, trabajador.
Unidos todos, codo con codo.
ya dirigimos nuestra nación!
Con el Primero de Enero de 1959, los trabajadores conquistan sus derechos, se establece el estado de obreros y campesinos y la democracia sindical.
En los primeros días de abril de 1961, cuando el pueblo y los milicianos se preparan para enfrentar al enemigo imperialista, ante la inminente agresión, se graba el Himno con coro y con orquesta…
La marcha se escucha a través de la radio y la televisión, porque se pone por los medios de comunicación para convocar al pueblo, laborioso y aguerrido, que se dispone a defender la Patria y la revolución amenazadas.
Primero de Mayo, Día del Trabajo.
Fiesta del mundo trabajador.
Unidos todos, codo con codo.
Será más fuerte nuestra razón!
La lucha nos enseña
la táctica mejor.
Unidos venceremos
a cualquier agresor.
De modo, que el Primero de Mayo de 1961, los trabajadores cubanos estrenan su himno, tras la victoria de Playa Girón. Desde entonces, ese canto representa la creación de un pueblo, ya dueño de su destino que defiende su tierra y su cielo.
Es un canto de triunfo y también de esperanza para todos los trabajadores del mundo.
Desde el propio año 1959, Fidel aboga porque el Primero de Mayo no sólo se reunieran los trabajadores, sino todo el pueblo; porque considera el Comandante en Jefe que la obra grande que entonces emprendía Cuba era de toda la Patria, “de todos los que verdaderamente sienten por ella y están dispuestos a poner sus intereses personales y sus intereses de sector, por debajo de los supremos intereses de la nación”.
El desfile del pueblo trabajador, junto a las milicias de campesinos y de estudiantes, encabezados por Fidel Castro, inician una nueva tradición en Cuba.
El Primero de Mayo se convierte en día de celebración, y los trabajadores, se reúnen con su líder para intercambiar y ratificar el apoyo al proceso revolucionario.
“Ahora, ¿dónde debemos dar la batalla, ya una batalla más larga, más difícil, pero que solo se puede dar y solo se puede ganar con los obreros, con los obreros? En la batalla de la productividad, la batalla del aprovechamiento de la jornada de trabajo, la batalla por el uso correcto de los recursos humanos”.
En 1971, el acto se celebra en el Teatro de la Central de Trabajadores de Cuba, (CTC).
“La Revolución ha sido y es fuerte en las masas, sobre todo en las masas de los trabajadores. La Revolución es fuerte en el pueblo por su conciencia. Y la Revolución es fuerte internacionalmente por su conciencia, por su línea. Es decir que nosotros hemos seguido un camino correcto. El único camino, traducido en esa frase: elevar la conciencia, y elevar la conciencia, y elevar la conciencia”.
Fidel plantea a los trabajadores la necesidad de avanzar en la batalla por la productividad y la eficiencia económica; pero insiste en la labor político-ideológica, para que el pueblo tenga una amplia información, una profunda conciencia revolucionaria y una gran información política…
“Hay que procurar que la ideología no sufra derrotas, porque las derrotas de la ideología se pagan con retrocesos en el camino de las revoluciones. Marchemos tan lejos como podamos, tan rápido como podamos, pero no más allá de lo que podamos, para preservar la ideología de derrotas”.
En el discurso del Primero de Mayo de 1971, Fidel llama a fortalecer la conciencia de los trabajadores y del pueblo, en el camino de la construcción del socialismo.
“Nuestro pueblo libra un reto histórico con el país económicamente más desarrollado, con la sociedad de más altos niveles de consumo del mundo. El más elemental concepto de la táctica y de la estrategia nos dice que tenemos que fortalecer la conciencia. Y ha sido ese fortalecimiento de la conciencia el que ha hecho fuerte y ha hecho invencible a la Revolución, el que le ha permitido resistir a pie firme al imperialismo. Es el que le ha permitido resistir a pie firme, y sin una sola vacilación y sin una sola concesión, a la ofensiva de bloqueo en el campo de la economía, en el campo de la política y en todos los campos del imperialismo yanqui.”
Fidel reconoce la respuesta de los obreros en la producción, en las fábricas; en todas las tareas y ante cada llamado de la revolución…
“Cuando una revolución puede decir que cuenta así con el pueblo, con un pueblo con una conciencia creciente, con una respuesta siempre rápida y enérgica, esa revolución puede sentir la seguridad de que marchará invenciblemente hacia adelante”.
La presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro en la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores, alcanza trascendencia; y algunos de sus discursos en esa fecha, marcan un hito en la historia de la Revolución, como el del año 2000, que no sólo inicia un nuevo milenio, sino que significó un vuelco en el trabajo ideológico.
Cuba vive entonces días de intensa y trascendental lucha por el regreso de un niño al seno de su familia y a su patria, luego de cinco meses del inicio de la batalla por Elián González, a la que todo el pueblo se suma.
En esas circunstancias, Fidel enfatiza que las armas principales son la conciencia y las ideas que ha sembrado la Revolución…
"Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo. "
En el acto del año 2003, Fidel ratifica la posición de principios de Cuba, ante las amenazas imperiales del entonces presidente de los Estados Unidos, George Bush; y envía un mensaje al mundo y al pueblo norteamericano.
“En nombre del millón de personas aquí reunidas este Primero de Mayo, deseo enviar un mensaje al mundo y al pueblo norteamericano:
“No deseamos que la sangre de cubanos y norteamericanos sea derramada en una guerra; no deseamos que un incalculable número de vidas de personas que pueden ser amistosas se pierdan en una contienda. Pero jamás un pueblo tuvo cosas tan sagradas que defender, ni convicciones tan profundas por las cuales luchar, de tal modo que prefiere desaparecer de la faz de la Tierra antes que renunciar a la obra noble y generosa por la cual muchas generaciones de cubanos han pagado el elevado costo de muchas vidas de sus mejores hijos.
“Nos acompaña la convicción más profunda de que las ideas pueden más que las armas por sofisticadas y poderosas que estas sean.
“Digamos como el Che cuando se despidió de nosotros:
“¡Hasta la victoria siempre!”
Todas las celebraciones del Primero de Mayo con Fidel, en la Plaza de la Revolución, fueron trascendentes, hasta la última, en el año 2006; y después nos entregó sus Reflexiones, entre las que sobresale la del Primero de mayo del 2009, cuando elogia la postura del nicaragüense Miguel D´Escoto, entonces Presidente pro témpore de la Asamblea General de las Naciones Unidas..
D´Escoto o participa en la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Movimiento de Países No Alineados efectuada en la Habana, en los días finales de Abril; y acompaña a los cubanos en la tribuna de la Plaza de la Revolución, el Primero de Mayo, junto a Raúl Castro.
Fidel en esa Reflexión del Primero de Mayo del 2009, ratifica los versos del poeta Fayad Jamís…
Por esta libertad de canción bajo la lluvia
habrá que darlo todo.
Por esta libertad de estar estrechamente atados
a la firme y dulce entraña del pueblo
habrá que darlo todo.
...................................
Por esta libertad,
bella como la vida,
habrá que darlo todo;
si fuere necesario
hasta la sombra,
y nunca será suficiente.
Cuba y La Internacional
En el mundo, la Segunda Internacional Socialista, celebrada en París en 1889, declara el Primero de Mayo como Día de los Trabajadores, en memoria de los mártires de Chicago.
Al año siguiente, en 1890, Cuba es uno de los primeros países que se suma a la conmemoración proletaria.
El ocho de diciembre de 1896, se adopta La Internacional como himno oficial de los revolucionarios; y el tres de noviembre de 1910 se convierte en el himno de todos los trabajadores del mundo, en el Congreso Internacional de Copenhague.
Arriba los pobres del mundo
de pie los esclavos sin pan
y gritemos todos unidos
¡Viva la Internacional!
La letra de La Internacional, ha sido traducida a casi todos los idiomas del mundo; y es el canto universal de los trabajadores, el más famoso del movimiento obrero.
El día que el triunfo alcancemos
ni esclavos ni hambrientos habrá
la tierra será el paraíso
de toda la Humanidad.
En Cuba, no todos los años se han efectuado concentraciones masivas por el Primero de Mayo; en ocasiones se realizaron desfiles, y en otras, actos conmemorativos, o Tribunas Abiertas; aunque nunca ha dejado de celebrarse la fiesta del proletariado mundial.
En el actual 2020, en Cuba no se efectúan los acostumbrados desfiles de obreros, campesinos, estudiantes y de todo el pueblo, las condiciones epidemiológicas limitan los festejos multitudinarios; no obstante, los cubanos conmemoran el Día Internacional de los Trabajadores, con la consigna, Quédate en Casa; para preservar la salud.
Hoy la celebración del Primero de Mayo, tiene características diferentes; las plazas, en todos los municipios del país, se han multiplicado en miles de casas, en respuesta al llamado, Mi Casa es Mi Plaza; y esta ya es una conmemoración inolvidable
Portales, puertas, jardines y balcones están engalanados; otra vez la creatividad y la iniciativa se imponen en condiciones difíciles.
Así celebran hoy los cubanos el Primero de Mayo, los que tienen que trabajar para asegurar la vitalidad y la salud de las población, en sus puestos de labor; y el resto, protegidos, en sus casas; cada cual cumple la parte del deber que le corresponde, con la seguridad de que juntos, ¡Venceremos!.
(*) Periodista.