Agencia La Oreja Que Piensa. Por Fernando Lorenzo (*) http://www.ansalatina.com/
"Para el 'Trinche', que fue mejor que yo", le dedicó alguna vez Diego Maradona, para muchos el mejor jugador de la historia, una camiseta autografiada a Tomás Carlovich, un verdadero mito del fútbol argentino.
"Con esto, mi vida está completa", confesó luego de aquel épico y reciente encuentro de titanes Carlovich, que pronunció esas palabras de agradecimiento al oído del mismísimo D10s, aquella tarde.
Una vida que se apagó este viernes a los 74 años en su Rosario natal, cuna que tantos cracks supo darle al fútbol argentino, luego de dos días de internación en terapia intensiva a raíz de la golpiza recibida como producto de un robo.
Ironía del destino que el "Trinche" no pudo gambetear como gambeaba rivales para admiración de tantos y como gambeteó a la fama, a la que siempre le rehuyó porque - decía - "yo tuve otra ambición más que la de jugar al fútbol, mi única diversión".
Y vaya si se divertía cuando la pelota pasada por sus pies como se divertían también quienes lo vieron jugar y fueron forjando el mito en el que terminó convirtiéndose pese a que su nombre sea para muchos desconocido.
"Nunca quise alejarme de mi barrio", afirmaba cuando le preguntaban por qué no llegó a lucirse en equipos grandes del fútbol local, porque para él era suficiente vivir con lo justo.
Ironía fue que la muerte lo anticipase cual despiadado zaguero mientras circulaba en bicicleta por el barrio Azcuénaga, aquel que nunca abandonó sin dejarse seducir por los cantos de sirena para defender los colores de Central Córdoba de Rosario.
"El 'Trinche' era un atorrante y coincido con los que dicen que fue uno de los mejores del fútbol argentino. Hacía cosas que nadie esperaba, era habilidosísimo y tenía, además de potencia, una variedad de golpes fabulosa", afirmaba Roberto Fontanarrosa.
El recordado "Negro", rosarino como Carlovich y humorista y escritor que se debe haber inspirado más de una vez en las hazañas del "Trinche" para pintar como nadie sus inigualables relatos futboleros.
Carlovich fue parte de esa "fauna" que tan bien describía Fontanarrosa aunque su mito se erigió en el fútbol de ascenso, pues apenas llegó a jugar un puñado de partidos en primera.
La magia del "Trinche" deslumbró a propios y extraños cuando un combinado rosarino que incluía jugadores de los clásicos rivales (Newell's Old Boys y Rosario Central) humilló en un amistoso a la selección nacional entrenada por Vladislao Cap.
Fue hace casi medio siglo, en abril de 1974 y tres meses antes de la muerte de Juan Domingo Perón, tres veces presidente de Argentina que por entonces ejercía su tercer mandato pese a su precario estado de salud.
Mientras el país despedía al líder que había llegado al poder en agosto del año anterior ganando las elecciones con el 62 por ciento de los votos, la "albiceleste" a la que Carlovich había humillado hacía lo propio en el Mundial de Alemania '74.
Una selección que cayó ante Holanda (a la postre subcampeona del mundo en esa Copa) y Brasil y empató con Alemania Oriental (el título quedó en manos de sus vecinos del Oeste) con un gol de René Houseman.
El "Loco", otra gloria del fútbol argentino que también partió ya de este mundo y supo deleitar con sus gambetas y su desparpajo, enfrentó aquella tarde a un "Trinche" que se robó la escena y era un lírico como él.
Houseman, adorado por los fanáticos de Huracán tanto como los de Central Córdoba de Rosario adoraron a Carlovich, pudo sacarse aquella espina mundialista cuatro años después en medio de la más sangrienta dictadura argentina (1976-83).
Primera Copa del Mundo que la "albiceleste" de César Luis Menotti alzó mientras el terrorismo de Estado secuestraba, torturaba, asesinaba y desaparecía a 30.000 ciudadanos.
De aquel equipo, además de Houseman, sobrevivieron Alberto Tarantini y Daniel Bertoni, al igual que Mario Alberto Kempes, el "Matador" que aquella tarde en Rosario jugó para el equipo del "Trinche".
"Era uno de esos pibes de barrio que tienen como único juguete una pelota desde que nacen. Su técnica lo hacía un jugador distinto, único. Estaba llamado a ser uno de los más importantes del fútbol argentino", dijo alguna vez Menotti.
"No se qué le pasó. Quizás el fútbol profesional lo aburría comentaba el "Flaco", quien llegó a convocarlo a una preselección de aquella que terminó ganando el Mundial '78 como anfitriona, llamado al que Carlovich nunca acudió.
"Se fue a pescar", afirmaron algunos luego desmentidos por el propio interesado, que también minimizó aquella oportunidad desperdiciada de haber podido ser campeón del mundo como lo fue el ex arquero Ubaldo Matildo Fillol.
El "Pato", otro testigo de su magia, recordó que Carlovich "tenía un dominio de la pelota único y fue el mejor número cinco que vi en mi vida", concepto con el que coincide José Néstor Pekerman, ex DT de las selecciones de Argentina y Colombia.
"Pará mí está en el equipo ideal de la historia", afirmaba Pekerman sobre el hombre que era capaz de tirar un "doble caño" (túnel de ida y vuelta entre las piernas del rival). "Se dicen muchas cosas sobre mí, pero no todas son ciertas. Lo que pasa es que a los rosarinos les encanta contar cuentos", respondía cuando le preguntaban por esa jugada carateristica.
Hasta Marcelo Bielsa, fanático y ex DT de Newell's Old Boys y hoy técnico del Leeds United tras haber dirigido a Argentina y a Chile, se hacía un tiempo para verlo en acción.
Su trágico deceso duele más porque la cuarentena obligada por el Covid-19 impide multitudes como las que se sin dudas se hubiesen congregado para despedir al jugador que mejor representó al potrero, allí donde anida el verdadero fútbol.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. © COPYRIGHT ANSA
(*) Periodista.